La pastora y directora del albergue “Aposento Alto”, Velia H.G., fue sentenciada a 10 años y tres días de cárcel y al pago de 59 mil 400 pesos como reparación del daño, tras resultar culpable del delito de trata de tres migrantes por trabajos forzados que estaban en el albergue que dirigía en Ciudad Juárez, Chihuahua.
La sentencia fue impuesta por el juez Jorge Gutiérrez Ortiz, quien determinó que lo procedente era aplicar las penas mínimas que prevé la ley para este ilícito, en lugar de los 90 años de prisión que solicitaban el Ministerio Público y la Comisión Ejecutiva de Atención a Victimas (CEAVE).
El MP acusó a la pastora de haber obligado a seis migrantes, tres provenientes de Michoacán, dos de Honduras y uno de El Salvador, a realizar trabajos de construcción y albañilería en contra de su voluntad y bajo la amenaza de que serían expulsados del albergue y sacados de una supuesta lista para solicitar asilo político a Estados Unidos, si no acataban las órdenes.
Al emitir el fallo, el pasado 3 de junio, el juez encontró a la religiosa culpable en relación a tres víctimas e inocente respecto a las otras tres, debido a que estás últimas no declararon en el juicio oral.
Ayer el juez impuso la pena a la pastora, quien está por cumplir dos años presa y ese tiempo se le debe abonar a la condena de 10 años. El juez también la condenó a pagar las terapias psicológicas que requieren las víctimas, cantidad que en total asciende a 59 mil 400 pesos.
Asimismo, la autoridad se negó a ordenar que la pastora pague un daño moral y tampoco accedió a que se pague lo que equivale a la mano de obra de los migrantes.
Familiares de la pastora consideraron injusto el fallo, señalaron que ella trabajó durante 15 años a favor de la comunidad de Juárez, principalmente con infantes ofreciendo alimento en un comedor comunitario, y afirmaron que los migrantes inventaron los cargos para tener un caso y poder solicitar asilo político en Estados Unidos.
Ayer, antes de que el juez impusiera el castigo, la pastora expresó que ella también fue migrante, pues llegó a Ciudad Juárez en mayo de 1999 junto con su esposo e hijos; que realizó un trabajo a favor de la comunidad y en 2019 decidió abrir las puertas de su casa a familias migrantes.
AAEG