Las noticias en torno a la falta de agua en los domicilios urbanos de Torreón, hasta hace poco, tuvieron un denominador común, los habitantes que padecían el no contar con ella, eran los ubicados en los sectores empobrecidos.
La situación cambió a finales del año pasado y principios de 2020 cuando la clase media alta ubicada en Torreón Jardín se manifestó ante el agotamiento de las norias que durante décadas les permitieron suministrar su propia red.
Mientras se desarrollaba este conflicto, la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila en conjunto con el Colegio de la Frontera Norte y la Universidad de Texas A&M, concluían una investigación que arroja que la calidad y disponibilidad del agua en Torreón no es aceptable, en tanto que el conflicto que genera la falta del líquido fue evaluado a través de los niveles de estrés y problemas psicológicos que padecen las amas de casa que deben resolver la higiene personal, del domicilio, e incluso la preparación de alimentos para sus familias.
El doctor Javier Morán Martínez, del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Facultad de Medicina, estableció que ya se tienen varios estudios sobre la calidad y seguridad del agua, pero a principios del año en curso se concluyó un trabajo importante en conjunto con el Colegio de la Frontera Norte y la Universidad de Texas, A&M, específicamente en el College Station a través de la Escuela de Salud Pública y del Instituto de Geografía.
Calidad del agua coincide con el incremento de enfermedades estomacales
La publicación se mantiene en revisión y se hará pública en un par de semanas, sin embargo, refirió que en ese estudio se realizó de forma complementaria el abordaje de la salud pública, trabajo que coordinó el doctor Felipe Uribe del Colegio de la Frontera Norte pues, siendo epidemiólogo, asoció los resultados de calidad del agua con el incremento de diarreas y malestares estomacales, lo que refleja a grosso modo la calidad del líquido que se consume en Torreón.
“Se realizó un estudio alterno que permitió medir el nivel de estrés de los participantes, principalmente de las amas de casa en el contexto de la disponibilidad del agua que tuvo que ver con algunos ítems relacionados con la satisfacción de tener o no agua y los trayectos que ellos o ellas hacen para conseguirla; la manipulación en el servicio de pipas, a quién sí le dan (el agua) y a quién no. El estrés sobre todo de tenerla o no para bañarse, limpiar la casa e incluso para hacer de comer, que son acciones cotidianas”.
¿Dónde sí hay agua y dónde no?
Debido a que este estudio se encuentra en fase preliminar, Morán Martínez, quien es doctor en Ciencias en Biología Celular y Genética, no pudo proporcionar más información, pero sobre el proyecto de estudio denominado “Accesibilidad de Agua en Torreón, Coahuila”, dijo que presentará datos de aspectos fisicoquímicos valiosos para la academia, los gobiernos y los medios de información.
“Lo que se hizo fue hacer evaluaciones en colonias socioeconómicas muy bajas, bajas y de mediano ingreso. Esto se sacó a través de los datos que nos da INEGI en relación a esta capacidad socioeconómica y el cómo están identificadas las colonias en Torreón”.
En base a los resultados de las investigaciones previas y la actual, se le pregunta al científico cómo calificaría la calidad del agua de Torreón en cuanto a disponibilidad y la seguridad para la salud humana.
“Es una pregunta interesante, importante y amplia. Yo creo que hay niveles en cuanto a la calidad del agua en Torreón, pero de manera global podemos decir que el agua que tenemos en la red no es del todo buena por lo que hemos visto, me refiero a la calidad del agua en algunas colonias, eso por un lado.
Lo otro es que en los diferentes estudios que se han realizado, hemos visto que varía mucho la disponibilidad, como lo vemos en los noticieros de la región que se enfocan todos los días a hablar de la carencia del agua en muchas colonias. Incluso ahora en colonias de ingreso alto se ve esta problemática, entonces imaginemos lo que sucede en colonias marginadas”.
Javier Morán concluyó que la situación pone a pensar en los riesgos que implica la falta de disponibilidad debido al agotamiento de los mantos freáticos y la forma en que se distribuye el agua, considerando además aspectos de la ingeniería civil, el trabajo que se realiza en cuanto al ordenamiento urbanístico y otros factores que dependen de las administraciones municipales.
“Lo que hicimos con estas instituciones fueron dos estudios, uno en la época seca y otro en la húmeda. Ahorita estamos terminando en la transición del término de la época seca, se adelantaron mucho las lluvias, pero vemos la carencia, vemos el mal servicio que dan los sistemas de agua en los municipios en la época seca donde hay más necesidad de agua por las temperaturas que tenemos en la región y vemos la diferencia en la época húmeda, que la consideramos a finales de agosto y todo septiembre”.
Cabe mencionar que la investigación inició en 2017, el trabajo de campo se realizó en 2018, y derivado de ello algunas publicaciones surgieron durante el año anterior, pero el estudio “Accesibilidad de Agua en Torreón, Coahuila”, saldrá este año en una revista especializada en el tema.
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