Coalcomán resiste el embate del narco y ahora al sismo...

Epicentro. Reportan daños en 400 casas y edificios de ese municipio; los propios pobladores inician la reconstrucción

Deslaves carreteros mantienen incomunicado al municipio de Aquila, también en Tierra Caliente. Ariel Ojeda
Coalcomán /

Llegar a Coalcomán desde Colima es una ruta difícil y de mala fama. En la carretera hay al menos dos decenas de derrumbes: algunos tapan completamente los únicos dos carriles que unen a las comunidades de la Sierra Nahua, pero además hay esqueletos de la violencia: carcasas de camiones que fueron utilizados para hacer narcobloqueos .

Coalcomán fue el epicentro del sismo de magnitud 7.7 que dejó daños en al menos seis estados, y en uno de ellos dos muertos. Los vecinos aseguran que el movimiento duró dos minutos, después muchos corrieron a la parroquia de Santiago Apóstol, que encontraron cerrada y con daños en su estructura.

La gente de esta pequeña ciudad de menos de 20 mil habitantes es resiliente, se adapta a las situaciones adversas; para el cura Jorge Luis Martínez Chávez, la fortaleza de Coalcomán proviene de su fe: “en cuanto pasó el temblor, aunque cerramos el templo por los daños, había filas de personas que venían a dar gracias a Dios, no por el temblor, porque estaban a pesar de él”.

Martínez Chávez es el mismo párroco que hace un año ofició una misa frente a una zanja hecha por el narco para impedir el paso, a la usanza de lo visto en Aguililla; el religioso llevó la palabra de Dios a uno de los puntos más complejos de violencia para pedir que volviera la paz a la región de Tierra Caliente.

Después de revisar su templo, recorrió a pie la zona centro brindando auxilio y luego revisó el resto de las colonias; las primeras imágenes de este lugar que comenzaron a circular en redes y medios de comunicación las tomó él: “vi bardas y techos caídos, negocios dañados y yo quería dejar un testigo, que no nos olviden”.

Otro que pide a las autoridades que “los tengan presentes” es Rigoberto Vega, cuyo negocio El Pollo Feliz sufrió daños en 70 por ciento de su estructura; todas las grietas de las paredes son tan grandes y profundas que se puede ver el cuarto contiguo a través de ellas.

La casa de Rigoberto, que está arriba del local, es pérdida total. Aunque Rigo y su familia no pasaron la noche ahí, el día después del sismo prepararon pollos, prendieron el carbón y echaron tortillas al comal para seguir con su empresa familiar en un espacio que está por derrumbarse.

Así como ellos, Coalcomán se intenta levantar: la gente limpia escombros, los albañiles tienen la agenda llena y las autoridades avanzan en el recuento de daños.

Protección Civil de Michoacán empezó los peritajes en casas habitación y espacios públicos, mientras la Secretaría de Salud local desplegó brigadas.

En la ciudad más cercana al epicentro del sismo de este 19 de septiembre se han recibido reportes de 400 casas y edificios dañados, 63 de ellos a nivel estructural; pese a estos estragos, solo tres personas tienen heridas leves. El pueblo resistió una vez más, como con el narco, al embate de la naturaleza.


  • Arnoldo Delgadillo
  • Investigador social, periodista y escritor. Corresponsal de Milenio en Colima. Ha publicado en medios nacionales e internacionales.

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