La muerte de 19 niños y dos adultos como resultado del tiroteo en una escuela primaria en Texas, unió al pueblo de Uvalde, comunidad donde predomina la presencia de hispanos.
A dos días de la tragedia, 22 familias fueron marcadas con una cicatriz que les acompañará el resto de sus días: 19 padres y madres conocieron lo que es perder a una hija o un hijo.
Al amanecer en Uvalde, el Cívic Center “Williams de León” localizado en la zona centro de esta ciudad, fue el primer punto de encuentro de madres y padres de las víctimas con autoridades tejanas para encontrar la respuesta a dos preguntas: ¿por qué? y, ¿por qué a ellos?
A las 11:45 de la mañana de este miércoles, justo 24 horas después del tiroteo en la escuela primaria Robb Elementary, el gobernador Greg Abbott y su equipo de seguridad, llegaron a la High School, tras una reunión de hora y media que ofreció en conferencia de prensa en la que señaló que Salvador Ramos, autor de la masacre, disparó en 90 ocasiones contra las niñas y los niños de un salón de primaria.
"Estamos traumados", vecina de escuela
Marrye Alicia Rodríguez habita en el número 500 de la calle S Crips, a 200 metros de la escuela primaria y expresa que, si bien no tenia ningún familiar en el plantel, el dolor se siente en toda la comunidad.
“Cuando llega a los niños eso es lo más duro, todos estamos traumados. Es triste hablar de esto; sé que muchas familias están sintiendo demasiado, yo creo no hay palabras para consolarlos”.
Su nieto es agente en el condado de Uvalde y este martes era su día de descanso. Sin embargo, acudió de inmediato al llamado en las afueras de la escuela. Marrye comenta que las muestras de cariño y apoyo a las familias han estado presentes en todo momento.
“Es como si fuera parte de mi familia. Nunca pensé que esto iba a pasar en este pueblo.".
Tras los hechos, la vigilancia en el condado aumentó y un pueblo que mantenía bajo perfil, se convirtió en el epicentro de la atención mundial, luego de que un joven de 18 años entrara a las instalaciones de la escuela Robb Elementary y abriera fuego, dejando como saldo 22 víctimas mortales: 19 niños de entre 7 y 9 años de edad, dos maestros, y el tirador.
Ahora, 19 padres de familia darán el último adiós a sus hijos y como muestra de solidaridad, ciudadanos de Uvalde portaron prendas de color marrón, en honor a las tonalidades de la institución.
“Estoy orando por ellos, por qué en realidad no hay palabras para consolar aquel padre o aquella madre que mandó a su niño a la escuela y que ya no regresó", comparte Marrye.
Sgg.