¿Cómo se originó el exquisito birote salado de Guadalajara?

Este delicioso pan tiene una inspiración europea. Su sabor esconde también una serie de leyendas que lo hace inigualable.

En el siglo XIX llegó el birote a la cultura tapatía.
Orlando Zamora
Ciudad de México /

Jalisco tiene una gastronomía variada, inmensa, sabrosa, que si te pones a pensar en cada una de esas exquisiteces no solo te dará hambre, probablemente te demores en terminar porque la lista es amplía. Esta vez iniciamos con un pan que en gran medida es el icono de la ciudad de Guadalajara: el birote.

Don José ‘el de la bicicleta’, es un emblema de las tortas ahogadas. Lleva años haciendo y vendiendo esta delicia tapatía. En México al Chile, de MILENIO, contó que uno de los secretos de su sabor es por el birote, porque “el bolillo salado en otras partes, por el clima, no se da”.

Posiblemente esta mágica creencia resalta más el sabor de este pan: saladito, crujiente, pero con una terminación suave. Inspirado en el baguette de Francia, el birote lo puedes encontrar en diferentes tamaños en este estado.

Hay muchos relatos sobre su origen, uno de ellos es descrito por Eduardo Cárdenas Gómez, quien recopila la historia de la capital jalisciense, dice que fue “introducido a México por un cocinero de la corte de Maximiliano y después fue llevado a Guadalajara en donde se inició a preparar, se hizo típico y perfeccionó su calidad”.

El pan birote es ideal para una torta ahogada. (Foto: México al Chile, de Milenio)

Otra versión dice que fue Camille Pirotte, originario de Bélgica, quien integraba el batallón francés que llegó a Guadalajara el 6 de enero de 1864, el encargado de hacer este pan y que luego, en momentos de calma, se encargó de enseñar la receta a los habitantes de la zona.

Existe una tercera leyenda que dice que fue un hombre, identificado como M. Birrott, un capitán de un vaporeto o embarcación acuática, quien transitaba por Chapala. Un día se le ocurrió hacer un pan similar al europeo, pero dejó la masa de un día para otro, la cual tomó un sabor que fue de su agrado.

Comer un pan birote es un clásico de Guadalajara. (Foto: México al Chile, Milenio)

Cárdenas Gómez sostiene que su nombre se debe a “una familia que vivía por avenida Vallarta de apellido Birrott que lo producía, la gente de la época decía: vamos con los birrotes, es así como se fue transformando el nombre hasta llegar a birote”.

Así de como la variedad de versiones que relatan el origen de este fabuloso pan, también son amplias las formas que tiene el birote en Jalisco, entre los que destacan el bolillo centralero, el de aletón, la mancuerna de dos gajos o la maleta.

Cualquiera que se elija, no cabe duda que al estar en Jalisco, más aún en Guadalajara, hay que pasar por un pan birote, sobre todo si es en torta ahogada.

OMZI


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