La pintura “Los héroes también lloran” es uno de los 12 murales que el gobierno de Acapulco, Guerrero, mandó a realizar para rendir homenaje al personal de salud que trabaja frente la pandemia del covid-19.
David Osiris de León Benítez es el autor de este mural en conjunto con su esposa Abigail Medina, obra que se ubica en la barra perimetral de la Preparatoria 2 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), sobre la avenida Ruiz Cortines en la zona de hospitales de Acapulco.
David de León -como se hace llamar- en colaboración con otros seis artistas plásticos trabajaron durante 5 noches, con un horario de las 9 de la noche a las 8 de la mañana del siguiente día, para dar un mensaje del esfuerzo que están realizando médicos y enfermeras a nivel global.
“A un lado teníamos el hospital de cancerología y al otro lado el ISSSTE. Fue muy pesado, porque a pesar de que hay iluminación pública, no es suficiente, te desgastas más la vista, el cuerpo no está acostumbrado a trabajar de noche y de esa forma: subir y bajar andamios”, dijo en entrevista para MILENIO.
La decisión de trabajar de noche fue para evitar contagios al haber poco tránsito de personas, así como tener coherencia con el mensaje. Comentó que las jornadas de hasta 12 horas que hicieron, en nada se comparan con las 14 y hasta 16 que los trabajadores del sector salud realizan todos los días.
El mural tiene una longitud de 33 metros y cuatro de ancho, fue elaborado con pinturas vinil acrílicas. Está dividido en dos secciones: en la primera aparecen dos personales médicos abrazándose con un gesto de llanto.
“Los traté de plasmar en una actitud bastante humana, porque luego todo este equipo médico de protección los deshumaniza, pasan a ser simplemente doctora o enfermero y no, tienen nombre. Son Juan, María o Camila”, dijo.
La segunda parte muestra a cuatro trabajadores de la salud llevando a un paciente en estado grave: dos de ellos lo van cargando, otro tiene el suero y el último va jalando el aparato que le proporciona oxígeno.
“Decidí no llevar la camilla, para dramatizar aún más la escena del esfuerzo extra que están haciendo”, mencionó. Además, aseguro que lo plasmó de esa forma por la insuficiencia de equipamiento médico para atender a miles de enfermos.
Antes de realizar Los héroes también lloran, David ya había hecho dos murales por invitación del gobierno municipal. Pero, los mensajes fueron más positivos, “esperanzadores”. El primero llevó por nombre Pronto volveremos a abrazarnos, donde retrató a una familia con semblantes felices viendo al horizonte, en espera de lo que viene.
El segundo lo llamó "Héroes sin capa", con una estética tipo cómic -de superhéroes- hizo un homenaje a los servidores públicos esenciales, como los barrenderos. El sector “que uno no nota tanto, pero expone su vida para seguir trabajando”.
Sin embargo, para este mural dedicado a médicos y enfermeras, David decidió dar un mensaje más contundente y crudo. Bajo la dirección de Imagen Urbana y Turística de Acapulco, el arquitecto Miguel Navarrete Cisneros les dio total libertad creativa -tanto técnica como temática- a los artistas.
Fue así, como la esposa de David le sugirió hacerlo acerca del sector salud, ya que “ellos reciben insultos y hasta los tachan de asesinos por el sacrificio y labor que una persona ordinaria no haría”.
La inspiración también surgió al tener familiares y amigos que trabajan en hospitales, como su cuñado, médico en primera línea de combate al covid-19 y quien prefiere mantenerse en anonimato.
El médico, a quien llamaremos Saúl, tiene más de un mes fuera de su casa, lejos de su esposa e hijas. Se fue a rentar aparte, ahí no saben que él trabaja en hospitales; por el repudio social nunca porta su pijama quirúrgica ni la bata. La única comunicación que mantiene con su familia es por medio de videollamadas.
Otra de las historias que inspiró a David y Abigail fueron sobre médicos y enfermeras que pasan hasta 14 horas sin comer, incluso, luego deben usar pañal por la excesiva carga de trabajo. Además, “ lo difícil y tardado de estar quitándose y poniendo el equipo de prevención”.
Por tal motivo, con sus 12 años de experiencia como pintor de caballete y cinco de muralista, realizó esta obra en forma de agradecimiento, acto plausible a su esfuerzo diario. “A uno le toca desde sus trincheras hacer algo para sumar a la causa”.
ledz