Trabajadores de la clínica Miguel Trejo Ocho, correspondiente al ISSSTE de Colima, afirman que carecen de un protocolo de seguridad e higiene que los proteja ante la emergencia sanitaria producto de que un funcionario del centro asistencial continúo con sus labores, pese a que su mujer fue diagnosticada con coronavirus.
En esta clínica, ubicada en la capital del estado, laboran 350 personas en tres turnos diarios, entre funcionarios médicos, administrativos y enfermeros.
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Es considerado como un hospital de segundo nivel en asistencia en Colima. Actualmente atienden todo tipo de enfermedades a unas 300 personas: desde quienes acuden a la farmacia, urgencias médicas, medicina general y especialidades, así como el laboratorio y radiografías.
“Por ejemplo, los equipos de protección: en lugar de estar en las áreas y para el personal que lo requiere; los tienen guardados en la central de enfermería y tienes que solicitarlo. (Eso) pone en inminente riesgo al personal de urgencias porque, o van por su equipo de protección personal o atienen a los pacientes", acusó el enfermero Alejandro Espinosa.
Otra funcionaria, quien pidió omitir su nombre por temor a represalias, manifestó que hay negligencia por ambas partes, tanto por el trabajador de la salud que no dio a conocer que su cónyuge dio positivo a coronavirus, como por la institución que no ofrece las garantías al resto del personal en una situación como la que se vive actualmente en México y el mundo.
El 26 de marzo, personal administrativo, médicos y enfermeras protestaron con pancartas en la clínica para exigir insumos como gel antibacterial, cubrebocas, jabón y papel higiénico para enfrentar la contingencia de salud.
Lo anterior provocó la renuncia de la delegada Perla Magaly Prado Pérez, y pusieron en su lugar como encargado del despacho al técnico agrícola, el priista Miguel Fernando Ríos de la Mora, a quien solicitan su intervención.