Leonel, encargado de la capacitación del Equipo de Respuesta contra el covid-19 en el Hospital General de Zona 11, en Piedras Negras, Coahuila, se contagió con el virus, estuvo dos semanas grave con ventilación mecánica y ahora se encuentra en su hogar, aunque con secuelas físicas e inmovilidad.
“No te voy a engañar, está muy mal, tú sabes cómo evolucionan y creo que lo vamos a tener que intubar”, le dijeron a Myrna, su esposa, enfermera intensivista que también dio positivo junto con sus hijos.
Cuando el especialista ingresó al hospital y estuvo en el área crítica, el personal pensó que se trataba de una simulación más del trabajo de preparación en esa unidad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Piedras Negras.
“A casi dos meses de su egreso y con algunas secuelas físicas que lo mantienen en rehabilitación, el doctor se recupera en su hogar, junto a su esposa e hijos de tres, seis y 14 años”, explicó el IMSS.
Leonel y Myrna formaban parte del Equipo de Respuesta covid-19. Se dio a la tarea de preparar al personal para salvar vidas en plena emergencia sanitaria y enfrentó, como otras familias, esa incertidumbre de enfrentar el virus con mayor carga virulenta dentro de la unidad médica.
El matrimonio estaba consciente de los riesgos, pero nunca consideró la gravedad a la que se podría enfrentar.
Leonel, a finales de junio presentó síntomas de mucosidad y dolor de garganta, “pensó que era una simple gripe notificó al hospital y se practicó la prueba” pero antes de tener el resultado su esposa e hijos dieron tuvieron manifestaciones, todos estaban enfermos. Hola
“Me preocupaban ella y los niños. Saber que tu familia está contagiada es uno de los miedos más profundos que puede uno tener”, dijo Leonel.
Los malestares no cedían y exactamente al onceavo día, tal y como lo explicaba en sus cursos, sintió falta de aire constante, progresiva y con tendencia a empeorar. Su esposa determinó llevarlo al Seguro Social.
En muchas ocasiones, como enfermera, a Myrna le tocó tranquilizar a familiares de los pacientes, solía decirles: “no tengas miedo, no va a pasar nada, aquí te lo vamos a cuidar. Todo va a estar bien”, pero ahora se trataba de ella y sabía lo que podría ocurrir.
Con tristeza y preocupación dejó a su paciente y regresó a la camioneta a esperar información telefónica. No podía permanecer en el hospital, iba contra los protocolos y era un riesgo para todos.
Como enfermera del área covid-19 sabía que la oportunidad en el tratamiento es fundamental. Sabia los riesgos de la ventilación mecánica y las implicaciones de no acepta; sin embargo, otorgó el consentimiento.
En el área covid, Leonel sólo recuerda que un doctor lo tomó de la mano y le dijo, “todo va a estar bien, te vamos a dormir, vas a descansar”. Esa fue su última imagen.
El cirujano general, originario de la Ciudad de la México, recibió sus 44 años de edad, inconsciente y en estado crítico. Alguien le comentó a Myrna, su esposa, que el séptimo día era el más difícil y podría morir.
Leonel recuerda, mientras estaba intubado, que le parecía estar en un lugar oscuro, como una hacienda con muchas ventanas en donde escuchaba voces compasivas.
“Yo les pregunté dónde estaba Piedras Negras. Les dije que debía regresar con mi esposa y mis hijos”, relató.
Contra todo pronóstico, el Jefe de Enseñanza despertó la tarde del 23 de julio, clasificado como un “milagro médico”.
Como parte del protocolo para extubar, estuvo tres días en el hospital. Cuando se vio en el espejo notó un color oscuro en la piel, perdió 20 kilos, le creció el cabello, se sentía débil y pensó que había quedado mal, aunque hasta ese momento no era consciente de las secuelas físicas.
A punto de las lágrimas y en medio de una lluvia de aplausos de parte de sus compañeros, que formaron una valla para despedirlo, egresó el doctor Leonel, y como vencedor de la batalla, al fondo se escuchaba la canción “We are the Champions” de la banda Queen.
Hasta que llegaron a casa, Leonel y Myrna tomaron conciencia de que él no se podía mover. Se asustaron, pensaron que la ventilación mecánica había dejado una secuela grave.
Como parte del protocolo de ventilación mecánica, los médicos aplican un relajante muscular que en algunas ocasiones deja secuelas, en este caso reversibles a través de rehabilitación.
De manera gradual, Leonel ha recuperado la movilidad, aunque los médicos calculan que podría tardar un año en recobrar la totalidad de sus funciones.
Como sobreviviente, el Jefe de Enseñanza compartió que siempre confió en el equipo multidisciplinario que lo atendió, aunque nunca estuvo entre sus planes evaluarlos como paciente.
Leonel se siente satisfecho de constatar que en el IMSS se cuenta con los recursos necesarios para hacerle frente a la pandemia, con un extraordinario personal, capacitado y cálido.
Por ello agradeció a sus compañeros por hacer su mayor esfuerzo para que hoy continúe su recuperación.
El especialista en terapia intensiva y líder del Equipo de Respuesta covid en el HGZ 11, José Iván Rodríguez de Molina Serrano, dijo que Leonel acudió a recibir atención en forma oportuna.
Además, que su familia aceptó todas las opciones de tratamiento y al no tener comorbilidades había una buena reserva fisiológica que contribuyó para bien. No obstante, consideró que tendrá una recuperación lenta.
Rodríguez de Molina Serrano llamó a la población a cuidarse y a no bajar la guardia, para evitar contraer la enfermedad.
Cuando las personas están graves se requiere tratamiento oportuno, aceptar todas las opciones de tratamiento que ofrece el equipo médico y tener mucha paciencia.
EGO