La Diócesis de Querétaro presentó su protocolo para la apertura de sus iglesias, cuando inicie el semáforo naranja en el estado, y se aperturen diversos negocios considerados no esenciales por la pandemia del coronavirus.
El vocero de la Diócesis, José Martín Lara Becerril, informó en conferencia de prensa que todas las iglesias de todas las religiones serán abiertas al 25 por ciento de su capacidad y ninguna misa podrá exceder los 60 minutos.
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Informó que será a partir del 21 de junio que se retomarán las ceremonias litúrgicas en Querétaro con la presencia de fieles, aunque los templos sí abrirán sus puertas desde el 17, para permitir la oración personal.
Matrimonios y bautizos tendrán modificaciones
Las disposiciones establecidas por el obispo emérito, Mario de Gasperín Gasperín, establecen que los bautismos y matrimonios tendrán que acoplarse a las restricciones.
“Se hará el aseo de cada uno de los espacios, de esta manera estaremos cultivando una cultura de salud, que nos beneficiará a todos, y que cuando asistan a los templos los fieles lleven su propio material sanitizador, De esta manera estaremos disfrutando de algo que estamos anhelando”.
En las ceremonias por matrimonio, se dará la opción a los contrayentes de realizarlas en tiempo más propicios, en caso de que rechacen esperar se pedirá que el aforo sea mínimo, que todos, salvo la pareja, guarden la sana distancia.
Además, se les exigirá que todos los asistentes deberán portar cubrebocas y usar gel desinfectante.
Para imponer el agua bendita en los bautismos se empleará un algodón o pincel de un solo uso, que deberá incinerarse al término de la ceremonia. Cuando se deba bautizar a un niño enfermo, el sacerdote está obligado a usar guantes.
Nuevos elementos para los fieles y sacerdotes
En la confirmación se evitará la imposición de manos directa en los confirmados, la ceremonia será grupal, pero con número de integrantes muy reducido. Para la crismación también se utilizará un algodón o pincel.
En estas nuevas reglas, el sacerdote portará careta y usará, constantemente gel antibacterial, extremará medidas de higiene propias, así como de su recinto.
Entre otras de las las disposiciones también se encuentra que, en la eucaristía, el fiel solo recibirá la comunión en la mano, mientras que ahora la forma de recibir la ofrenda, de preferencia el canasto se colocaría a la puerta del templo.
Además, cuando haya más de un sacerdote, cada uno tendrá su propio cáliz, las pilas de agua bendita se mantendrán vacías y las puertas abiertas. Se delimitarán en los bancos los lugares asignados.
En tanto, la confesión se deberá realizar en un lugar amplio, con discreción adecuada, que permita distancia de metro y medio.
Los templos deberán ser limpiados a profundidad antes de abrir sus puertas y deberán pasar por limpiezas constantes una vez que comiencen a recibir a los asistentes, quienes deberán extremar medidas de higiene, pues además de usar los elementos ya mencionados deberán evitar tocar bancos o imágenes sagradas; de ser necesario se restringirá a los fieles acercarse las imágenes.
Durante esta fase debe evitarse la participación en las celebraciones de personas de la tercera edad, personas enfermas y niños. En caso de que deba atender el sacerdote a esos sectores, se tratará de hacerlo de manera personalizada, no en reuniones grupales. También se mantendrán las trasmisiones litúrgicas por internet.
Gustavo Licón, presidente de la pastoral de Comunicación de la Diócesis, informó que “Como sacerdotes nos comprometemos a acatar las recomendaciones por parte de Protección Civil, practicaremos la responsabilidad social, y ambas estaremos colaborando. Todos estamos dispuestos a colaborar por el bien de la ciudadanía”
José Luis Mendoza Martínez, Director de Gestión de Riesgos de Protección Civil, informó que es un protocolo completo y que compartirán con los líderes de otras religiones para que realicen lo propio en sus espacios.
OMZI