Home office, esposo y 3 hijos; Sandra cuenta su experiencia durante la cuarentena

“De verdad el estrés es muy fuerte, con la casa, los hijos, el marido, hacer comida, hacer cena, limpiar los trastes, no se diga”, comentó.

Para Sandra la cuarentena tiene sus pros y contras. (Rolando Riestra)
Isis Rábago
Lerdo, Durango. /

Como madre de cuates de cinco años y un adolescente de 15, además de tener una responsabilidad de un trabajo que ahora lo hace en casa, para Sandra Elizabeth García Martínez, la experiencia del aislamiento como parte de las medidas preventivas de la contingencia por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19 tiene sus pros y contras, sin embargo, lo cierto es que después de este momento histórico a nivel mundial, su vida no volverá a ser como antes.

Los pequeños de cinco años, Leonardo y Alejandro cursan tercero de preescolar, mientras que el mayor , Sebastián el tercero de secundaria, y ha sido un proceso de adaptación con altas y bajas.

Al inicio de la contingencia, la idea de la suspensión de actividades como las clases en las escuelas, aunado a la implementación del home office, fue atractiva, pues pasaría más tiempo con sus hijos y esposo, con el paso de las semanas, ha tenido que enfrentar diferentes situaciones que no esperaba.

Sandra Elizabeth comentó que los primeros días, junto con sus hijos la pasaban comiendo, “como para matar el tiempo”, sin embargo estos hábitos alimenticios, no fueron los únicos que se modificaron, sino también su rutina de sueño, lo cual afecta principalmente a los menores, pues se duermen tarde y se levantan tarde.

Además, ella en lo personal, también ha tenido que superar algunas dificultades, pues su trabajo le demanda tiempo, y debe estar la mayor parte del día en la computadora así como haciendo llamadas.

Su rutina empieza a las 8 de la mañana con sus responsabilidades laborales, para las once de la mañana prepara el desayuno sencillo, mientras ella continua trabajando, sus hijos se entretienen con programas de televisión hasta la 1 de la tarde, mientras a esa hora empieza a hacer la comida.

Posteriormente a las 3 de la tarde, ella continúa con trabajo en línea, mientras que los hijos empiezan a realizar su tarea que envían las maestras por whatsapp, para los menores son alrededor de ocho trabajos diarios para cada uno.

“Desde las cuatro de la tarde los tengo trabajando conmigo en la mesa, los tengo sentados en la mesa del comedor, yo atendiendo a uno, mi marido atendiendo a otro, y el grande preguntándonos sus dudas, porque él está en clases en línea desde las ocho de la mañana”, enfatizó.

Sin embargo, la edad de sus hijos menores, también ha ocasionado que Sandra busque formas para evitar que resientan el aislamiento, por las tardes en el patio de su casa realizan diferentes actividades y juegos.

Como aventar globos con agua, esconder un objeto y buscarlo, en donde participan todos los integrantes de la familia.

“Procuro no sacarlos ni para convivir afuera con amiguitos de la privada”, enfatizó.

Asegura que son más cosas positivas que deja el confinamiento que negativas, pues tiene más tiempo para compartir con su familia. Sin embargo, si dijera puntos negativos, fue precisamente los cambios en los horarios, tanto de dormir o de levantarse.

Así como también, reconoció que en un principio, el estrés empezó a afectarla, debido que tenía que cumplir con su trabajo como jefa del área legal de Medio Ambiente de una empresa reconocida en la Región Lagunera, aunado a cumplir con la casa.

Al principio se estresaba por el trabajo

sin embargo, ahora cuando empieza a sentirse así, busca distraerse y relajarse, “de verdad el estrés es muy fuerte, con la casa, los hijos, el marido, hacer comida, hacer cena, limpiar los trastes, no se diga”, enfatizó.

Sandra, recomendó a las mujeres que viven en esta situación, a no estresarse porque no vale la pena perder la tranquilidad al interior del hogar, sino al contrario, las invita a relajarse, aunque la casa esté volteada, pues no pasa nada si “hoy no hiciste nada, si no quisiste hacer comida y compras una pizza no pasa nada”.

“A veces queremos ser madres perfectas y más en estos tiempos, pero a veces no se puede, y los hijos no van a decir nada si un día te relajas”.

Para la madre y trabajadora, luego de que pase la contingencia sanitaria, lo más difícil será el proceso reincorporación a las actividades, pues los pequeños van a estar muy apegados a las familias, pero además, los padres vivirán un periodo de incertidumbre ante la “nueva normalidad”, debido a que tendrán que adoptar costumbres que anteriormente no hacían, simplemente con el uso del cubrebocas.

EGO

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