El Mercado de Abastos de Torreón, es de los centros comerciales con mayor tradición en el norte de México, ahí, llegan productos procedentes de todo el país; tomate, aguacate, cebolla tomate, naranja, papaya, kiwi, condimentos, materias primas, dulces, todo lo necesario para la vida de los laguneros y más allá.
El ir y venir no sólo de compradores, sino de los cargadores, de los vendedores, el tapabocas; letreros exhortando a guardar distancias, los famosos “llévelo, llévelo” y los bara, bara”; una campana se escucha al fondo del pasillo principal. La figura de un sacerdote con sotana blanca cargando la custodia con la que bendijo, todos y cada uno de los locales: “Un poco de paz y bendición, en medio del caos”, se escuchó por ahí.
“Cuídese, sólo pasar la persona que va a paga”, fue el letrero que sobresalió y que exhortaba a los clientes a cuidar su salud; junto con otros que promovían: Alitas, enchiladas, papas congeladas, nuggets de pollo y carne para hamburguesas
Otros se exhibía ahí junto con el de Queso Argón a 47 pesos kilo o Queso Campito a 48 pesos. Papas Onduladas, por kilo y por bolsa. El tomate a 19 pesos, mientras que el pepino a 28.50 pesos kilo y la manzana roja a 23.90 pesos el kilo.
Fue la mañana de este jueves en el Mercado de Abastos de La Laguna, un día donde se podía caminar con cierta tranquilidad por el pasillo principal de las bodegas ubicadas en la calle de las Frutas
El letrero de “Cuídese, por favor, guarde su sana, distancia”, se encontraba entre plátanos, mangos, limones y manzanas, pepinos y tomates. Es la calle de las Frutas y las Verduras; vibrante por el color no sólo de sus productos; hoy lucía un tono particular: El que le daban los tapabocas que portaban los cajeros, encargados de la venta, los despachadores de frutas y legumbres; incluso aquellos jóvenes encargados de descargar los enormes tráileres.
“Dicen que el coronavirus, no se que sea eso pero pues hay que protegernos con el tapabocas, aunque sí es algo incómodo”, señaló Samuel, luego de atender a una mujer que también llevaba dicho accesorio de protección.
“Todos tenemos que cuidarnos”, advirtió Lupe, quien contaba el cambio que le daría a otra mujer que le llevó unos buenos kilos de tomate y cebolla en su negocio ubicado ahí mismo.
Reconocen que la clientela ha reducido en cantidad, sin embargo esperaban que hubiera sido ya más drástico esta caída.
El que espera que no se presente esta disminución fue Pepe Lechuga Torres, joven que atiende un restaurante de tacos en el interior del edificio principal del Mercado de Abastos: El litro de agua de jamaica a 20 pesos, resulta verdaderamente refrescante por su sabor. Sin embargo, Pepe aunque preocupado, se ve animado.
En lo personal tiene a su cargo un negocio de tacos al pastor para reuniones y banquetes: “Todos me han cancelado, y no tengo nuevos pedidos”, lamentó. Si bien reconoce la necesidad de cuidarse por parte de la gente, le queda por el momento la esperanza que continúen trabajando en el Mercado de Abastos, dado que llega mucha gente de fuera que requiere de un lugar para comer.
EGO