En más de 30 años que tiene el negocio en Torreón, sus socios no habían enfrentado algo similar a lo que se vive hoy por la contingencia del Covid-19, ni siquiera en 2009 ante el brote de la influenza AH1N1.
Los que manejan el puesto de los tradicionales 'Elotes Parisina' en el primer cuadro de Torreón han visto mermadas sus ventas en hasta un 70 por ciento en las últimas dos semanas y para ellos el llamado de quedarse en casa no es una opción porque de ahí dependen muchas personas.
“Ahorita se ve gente, pero no viene a comprar antojos, sino a los abarrotes y el gel antibacterial. Ha bajado mucho la venta no nada más para mí y todos nos estamos quejando”, declaró Gabriela Torres, socia del puesto ubicado sobre la avenida Hidalgo y casi esquina con Valdez Carrillo.
Establece que cada uno de los socios tienen entre cuatro y cinco empleados que dependen de las ganancias, pero desde hace unos días a las seis de la tarde todo cambia para ellos porque las calles están vacías.
“Aquí somos cuatro socios y yo cuando trabajo traigo cuatro o cinco personas según el día. Los que vienen después también traen lo suyos y dependemos muchos de este negocio. La gente empieza a bajar a eso de las seis de la tarde y antes nosotros trabajábamos hasta las ocho de la noche cuando salían todos de las tiendas”.
Afirma que no han sido los únicos golpeados por esta crisis y que los vecinos de otros negocios del sector dicen exactamente lo mismo.
“Se han acercado a decirnos que tenemos que utilizar guantes, tapabocas, gel antibacterial y que las personas estén a un metro de distancia, pero pues no hay nadie que se forme para comprar”.
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Torres dice que no hay de otra más que seguir con la labor de venta que saben hacer desde hace años y que ya forma parte de una tradición en La Laguna, pues incluso se han vuelto una referencia en que religiosamente cuando alguien viene de visita a la región debe comer los famosos vasos de elote preparados con mantequilla, sal, queso, crema, mayonesa y salsa.
“Es lo que todos nos preguntamos: ¿me quedo en casa, pero quién me va apoyar para hacerlo? En Europa si puede la gente porque gana para ahorrar y aquí para vivir al día”, concluye.
Justo en el momento que Gabriela da la entrevista, a las afueras de la Plaza de la Tecnología, ubicada frente a su negocio, había un grupo de empleados que manifestó que derivado a la contingencia de salud les dijeron que cerrarían los locales y había incertidumbre en cuanto a sus empleos.
EGO