La incursión del crimen organizado en el tráfico del pez totoaba, así como el “poco interés de varios gobiernos, tanto los estatales como el federal”; para proteger la reserva del Golfo de California interfirieron en la viabilidad del programa de salvaguarda de la vaquita marina, por lo que lo más probable es que se extinga, informó José Sarukhán Kermez, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
“No estoy justificando nada. Se dio una serie de situaciones que hace difícil este asunto y que ahora, a estas alturas, la factibilidad de resolver el problema es cada vez menor, más costosa y más difícil, como ocurre con todos los asuntos ambientales”, agregó el funcionario.
El proyecto, agregó, también se enfrentó a los intereses económicos de pescadores que se negaron a cambiar redes y mallas durante la captura de los diversos animales de mar para proteger al marsupial.
Sarukhán recordó que la zona donde habita la vaquita marina se encuentra restringida, en “la axila del Golfo de California”, y converge con el área por donde Estados Unidos capta agua. Esa situación “modificó de manera severa su ambiente y, aunque por décadas se dijo que había que hacer algo, no se realizaron las cosas que debieron” para su rescate.
La vaquita marina “es una especie de la que poco se conoce de su biología, de ahí la importancia de atender este tipo de problemas a tiempo. Yo esperaría que esto no sea la crónica de una extinción anunciada”, señaló.
En conferencia de prensa en Los Pinos, Sarukhán resaltó la importancia de que se continúe con el esfuerzo de conservación, protección y recuperación de la vaquita marina, que arrancó la actual administración, ya sea en cautiverio, semicautiverio o como se defina.
El proyecto multisectorial que inició en la última etapa de la actual administración consistía en capturar a los pocos ejemplares sobrevivientes, trasladarlos a un refugio para lograr su reproducción en cautiverio y evitar su extinción.
PROYECTOS Y RETOS
En compañía de Eduardo Sánchez Hernández, vocero de la Presidencia, Sarukhán dio a conocer algunos de los proyectos importantes efectuados a lo largo de 25 años por parte de la Conabio, así como los grandes retos que deben implementarse en la siguiente administración del gobierno.
Se debe reducir a cero la deforestación, dijo, la cual representa entre 12 y 13 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en México.
La cero deforestación, subrayó, es una obligación que el Estado debe impulsar, a pesar de afectar intereses de grupos ilegales, taladores y traficantes. Aseguró que acabar con esa actividad ilegal es posible “porque existen los instrumentos tecnológicos para efectuar este cambio que tendrá un impacto de saneamiento ambiental global”.
De igual manera, dijo, se debe monitorear permanentemente el agua para evitar que las especies biológicas endémicas en México desaparezcan por contaminación, la cual ocurre por el poco control de emisiones domésticos e industriales.
“Todos somos animales, unos más que otros, y compartimos una gran cantidad de genes y no podemos subsistir en el planeta si nuestro sistemas de biodiversidad no está en las mejores condiciones”, señaló.
Uno de los grandes aportes de la Conabio, resaltó, fue lograr que en su plataforma digital NaturaLista participaran activamente miles de ciudadanos, que generaron más de 3 millones de datos sobre biodiversidad y mayor conocimiento de la ciencia.
“Se trata de personas comunes, amas de la casa, contadores, estudiantes y gente de la calle que ha subido imágenes sobre determinadas especies retratadas o cuya fotografía ha sido motivo de generación de conocimiento científico en torno a 110 mil especies identificadas, colocando a México en el cuarto lugar mundial en biodiversidad”, destacó.
La Conabio, concluyó Sarukhán, “es un bicho raro que deberíamos multiplicar en el país, porque se requiere información de este tipo y que haya un apoyo económico sostenido”, ya que en los últimos años se enfrentó a un recorte presupuestal.