Hasta una decena de cruceros de las compañías Princess Cruises y Holland America Line fondeados en la Bahía de la Paz desde febrero pasado encendieron las alertas de la comunidad científica de Baja California Sur y activistas ambientales, luego de que la campeona mundial de buceo libre, Estrella Navarro, denunció el vertimiento de restos de combustible en el límite del refugio del tiburón ballena (Rhincodon typus), el pez más grande del mundo, catalogado como una especie amenazada según la NOM 059 de la Semarnat.
“Volteo hacia el mar y se ve una mancha negra de consistencia aceitosa al ladito de los cruceros, tomé una muestra de agua; después me puse a investigar qué implica esta contaminación tanto del agua como del aire que provocan los cruceros, en Florida esta misma compañía que está aquí fue multada por falsear información y por los desechos contaminantes que vertieron al agua”, denunció la apneista Estrella Navarro, en entrevista con MILENIO.
La deportista repartió las muestras de agua entre diversos científicos de La Paz. “Lo que hay son un alto contenido de cenizas, estas cenizas pueden ser hollín (...) Son muy tóxicos, inhiben el crecimiento del fitoplancton, y nosotros que tenemos el tiburón ballena, va a consumirlas posiblemente al confundirlo con fitoplancton”, señaló la doctora Concepción Lora Vilchis, miembro del Colectivo Académicos Sudcalifornianos (CAS).
La Bahía de La Paz es considerada el cuerpo de agua costero más grande y profundo del Golfo de California, por su alta abundancia de recursos naturales constituye el hábitat de ochenta especies de peces, sesenta de tiburones y mantarrayas, así como de once de ballenas. Hábitat del tiburón ballena, que tiene una longitud promedio de doce metros, especie incluida también en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) informó que tras recorridos de verificación, constató que los cruceros están fuera del polígono de protección del refugio Bahía de La Paz, pero advierten que el riesgo es latente.
“No puede uno soslayar que son enormes embarcaciones que tienen actividades que representan riesgo por la interacción con el ecosistema marino. Son una amenaza, estando fondeados o encendidos y estando en movimiento, porque pueden tener choques con tiburones, tiburón ballena, con ballenas. El tema es que la autoridad que supervisa eso no ha dicho que estén incumpliendo con las disposiciones establecidas, que es la Secretaría de Marina, Capitanía de Puerto y Profepa”, subrayó Benito Bermudez, director de la oficina de la región península de Baja California y Pacífico Norte.
La Secretaría de Marina, a través de la Capitanía de Puerto en La Paz, detalló a MILENIO que los cruceros se encuentran a una milla náutica al sureste de Punta Prieta, en una zona de fondeo designada por la Administración Portuaria Integral de la Paz, con las condiciones de seguridad y meteorológicas, para realizar actividades como el recambio de tripulación y puentes humanitarios; recibir diversos servicios portuarios durante su estadía; ejecutar trabajos submarinos de limpieza de casco, hélices y rejillas; avituallamiento del buque; trabajos en caliente, tales como corte y soldadura y autorización para realizar retoque de pintura.
En una ficha técnica enviada a MILENIO, la Semar dijo que se tiene el registro de 10 cruceros, cuya estancia promedio es de aproximadamente 13 días. En concordancia con sus atribuciones, la Capitanía de Puerto ha realizado las acciones para verificar que durante la estadía de los cruceros que arriban al puerto, cumplan en su totalidad con las disposiciones, tanto nacionales como internacionales, en materia de salvaguarda de la vida humana en el mar, seguridad a la navegación y prevención de la contaminación del medio ambiente marino.
“La capitanía de Puerto de la Paz, BCS, ha realizado coordinaciones con la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) de Baja California Sur, misma que ha informado que se han monitoreado y tomado muestras de agua de mar de los espacios marítimos del lugar donde se encuentran fondeados los cruceros en la Bahía de la Paz, obteniéndose resultados que reflejan que los parámetros fisicoquímicos del área se encuentran en rangos normales, no existiendo riesgo sanitario ni de contaminación marina”.
Asimismo, indicó que el mando de la Segunda Zona Naval ha implementado diversos recorridos de vigilancia marítima en al área de fondeo de los cruceros, “y a la fecha, no se han registrado datos de algún tipo de contaminación marina por parte de los mismos”.
Al respecto, el funcionario de la Conanp, Benito Bérmudez, dijo que si bien, la (Coepris) no ha detectado que el agua esté contaminada por ollín –como advierten investigadores–, se debe a que sus sistemas de detección no leen otras sustancias, más que “la demanda biológica, bioquímica de oxígeno y algunos componentes orgánicos como bacterias, pero no ve la presencia de partículas en suspensión”; de tal forma, reiteró que en esa zona, cualquier derrame, sobrecalentamiento o liberación de las aguas es una amenaza latente.
El ecoturismo, y en particular el nado con tiburón ballena, es una de las principales fuentes que sostienen la economía en en este destino. De acuerdo con el doctor Nezahualpilli Tovar, representante del Comité de permisionarios turísticos del tiburón ballena, esa actividad representa una derrama económica directa de 50 millones de pesos, en beneficio de mil 500 familias, así que ante el riesgo de afectar a esta especie, los prestadores de servicios turísticos rechazan que los cruceros sigan fondeando en las inmediaciones de sus áreas naturales protegidas.
En un recorrido en panga, MILENIO constató que en la zona se encontraban cuatro cruceros de las empresas Holland American Line y Princess Cruises; Nezahualpilli Tovar explicó que las mega embarcaciones se encuentran fondeadas en “un punto ciego”, entre el área de refugio del tiburón ballena, los polígonos marinos de Playa Balandra, y el límite de la zona marina de la Isla Espíritu Santo.
“Como parte del Movimiento en Defensa del Territorio de Baja California Sur y como Comité de permisionarios de tiburón ballena, lo que pedimos es que estas embarcaciones tengan las medidas necesarias que garanticen que no van a producir un conflicto ambiental por contaminación, por vertimientos al mar o por la emisión de gases carbónicos al aire, no se vale sólo decir que tienen tecnología del mundo y cuando se contamina, cuando lo que tenemos es una emisor constante”.
La preocupación de los diversos colectivos y organizaciones ambientales, también radica en que aunque no tienen pasajeros, esos gigantes mantienen encendidas sus máquinas al 25 por ciento, por lo que sus chimeneas emiten contaminantes a la atmósfera, que empeoran la calidad del aire en La Paz, que ya padece por la planta termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Funcionan con combustóleo, las emisiones son dióxido de nitrógeno y azufre. Nuestros monitores reportan una alza a partir de la presencia de estos cruceros, principalmente en el área del malecón”, destacó Jacqueline Valenzuela, directora del Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental.
Los cruceros llegaron a La Bahía de La Paz por apoyo humanitario ofrecido por México, a través de la Organización Marítima Internacional, tras las restricciones de viaje por la pandemia de covid-19; aunque estarán temporalmente, su presencia da señales de la afectación que podría provocar el plan de modernizar el Puerto de Pichilingue para recibir dos cruceros de 6 mil pasajeros simultáneamente, proyecto que es avalado por el sector hotelero y las cámaras empresariales del municipio.
“Por sus sistemas, los cruceros están moviéndose entre el Puerto de San Diego, Los Ángeles y La Paz, el barco que más tiempo ha permanecido en nuestra bahía son 15 días (...) Llevamos 20 años promoviendo que lleguen más y más cruceristas a nuestra ciudad de La Paz porque es un complemento en la fórmula del turismo”, señaló Agustin Olachea, presidente de la Asociación de Hoteles de La Paz.
Pero los colectivos y organizaciones de protección ambiental temen un mayor desastre ambiental, y presión para los recursos como el agua, si La Paz comienza a recibir cruceristas.
“Podría afectar desde la construcción de los muelles, si hay que dragar, la misma operación, las embarcaciones pueden derramar combustible. Estamos en una zona propensa a huracanes que es un riesgo y el mismo tránsito de las embarcaciones que puede causar colisiones con mamíferos marinos como las ballenas”, señaló Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.
Mientras que Alexandra Álvarez, investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, destacó que “La Paz es la ciudad que menos agua tiene”, y con la ampliación del puerto, se pudieran estar bajando hasta 12 mil visitantes a deambular por la ciudad, cualquier tipo de derrama económica no va a ser ni comparado con el agua que vamos a necesitar”.
La apneista Estrella Navarro advirtió que el turismo masivo que representan los cruceros, alejan al tiburón ballena, “nos va a quitar dinero a la sociedad, a la derrama real para dejar derrama de suciedad”.
DMZ