El crecimiento óptimo y la salud integral de los niños es una de las principales preocupaciones de los padres de familia, sobre todo durante los primeros años de vida. Por ello, la aparición de problemas ortopédicos suelen causar sorpresas.
Si bien algunos de estos problemas o afecciones pueden parecer algo grave, los expertos en salud indican que la mayoría se corrigen solos a medida que el niño va creciendo, sin necesidad de algún tratamiento. Sin embargo, existen otros que persisten o se agravan debido a problemas médicos, por lo que recomiendan a los padres estar atentos y saber identificar qué casos requieren más atención.
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Principales problemas
Los que más afectan a niños pequeños (menores de 3 años de edad) están:
- Pies Planos: Un porcentaje elevado de los bebés nacen con pies planos y van desarrollando los arcos conforme van creciendo. Aunque en algunos el arco nunca termina por desarrollarse completamente, los especialistas indican que estos casos no suelen causar mayores problemas. Los médicos solamente recomiendan tratarlos cuando provocan dolor, suelen aconsejar introducir en el calzado unos soportes especiales para el arco, para reducir la molestia.
- Andar de puntillas: Consiste en apoyar el peso en los dedos. Esta tendencia suele desaparecer conforme los niños superan los 3 años de edad, de seguir así deben ir con un especialista, ya que podría estar relacionado con otras afecciones, como una parálisis cerebral, trastornos de debilidad muscular, autismo u otros problemas del sistema nervioso.
- Pies Varos: Algunos bebés pueden tener las piernas torcidas hacia dentro de forma natural entre los 8 y 15 meses de edad, no suelen interferir en conductas como andar, correr o hacer deporte, y suelen mejorar por sí solos cuando el niño alcanza la adolescencia.
- Piernas arqueadas: Son una curvatura exagerada hacia fuera de las rodillas. Suelen ser habituales en los lactantes y, en muchos casos se corrige de forma natural con el crecimiento. Sin embargo, cuando persiste más de los 2 años o solo afecta a una pierna, puede ser el signo de algo de mayor.
- Piernas en X: La mayoría de los niños presenta una tendencia moderada a tener las piernas en X entre los 3 y 6 años. Casi nunca requiere tratamiento porque se suelen enderezar solas, pero si es muy pronunciado algunas veces requieren tratamiento médico.
Calzado también influye
A decir de Rafael Méndez, fabricante de calzado ortopédico desde hace 30 años, entre los principales problemas que atiende en los menores de edad están el pie plano, el talón vencido hacia adentro o las rodillas en X.
Si bien muchos de estos son de nacimiento y se corrigen cuando crecen, en algunos casos también están relacionados a la falta de un calzado rígido y de buena calidad. “Hoy en día el calzado es muy suave y ya no tiene soporte, lo ideal es que sea rígido para evitar deformaciones y que con el uso cotidiano no se venza”.
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Con los años, asegura, el material para la fabricación de zapatos pasó de piel 100 por ciento a vinil, sintéticos, tela o pieles sin mucha dureza. “En el pasado por sus características le daban forma al pie, ahora con los nuevos materiales y diseños no es así. Lamentablemente los zapatos comerciales son casi desechables, antes se podían reparar porque las suelas o tapas de eran de madera, ahora ya no, son de plástico que no soportan mucho y se barren rápidamente”.
Corregir los problemas ortopédicos de nacimiento o bien ocasionados por un mal calzado, asegura, depende de la gravedad y la necesidad de cada persona. En los niños es importe iniciar a temprana edad para que sea más fácil, lo ideal es entre los dos y tres años, pues el tratamiento puede ser a largo plazo, en pie plano por ejemplo, hay primero, segundo o tercer grado.
“Una vez que inician el tratamiento, según los médicos hay niños que pueden corregir en uno o dos años, habrá casos excepcionales que sí, pero la gran mayoría requiere un tratamiento largo, todo depende de la continuidad de cada padre de familia”, apuntó el dueño de Ortopédica Reforma, en Toluca.
Conforme los pequeños crecen modifican su pie, a veces eso les ayuda, pero no siempre. Cuando tienen problemas en las rodillas cuesta un poco más de trabajo corregir el defecto, en los hombres por ejemplo, es más fácil que en mujeres, donde muchas veces los problemas son genéticos o hereditarios.
“Entre más grandes es más difícil corregir, muchas veces por eso los médicos tienen que operar. Todo depende de qué tan junta o en X está la rodilla”.
Señaló que en general un buen zapato ortopédico, según sus materiales, puede durar medio año, pero si se cuidan, más.
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“Hay personas que nos los mandan a hacer en agosto, cuando los niños entran a la escuela, y regresan a los seis meses para ampliarlos medio número, lo cual les ahorra tiempo y dinero porque no son zapatos que puedan conseguir en cualquier lado”.
Constancia rinde frutos
Desde que el hijo de Susana empezó a caminar, ella notó que lo hacía de puntitas y se tropezaba mucho porque metía el pie izquierdo. Antes de que entrara al jardín de niños decidió llevarlo al ortopedista y descubrió que recargaba todo su peso en la planta del pie, por lo que le mandaron a hacer plantillas y zapatos especiales.
“Su problema no era tan severo, pero en cuanto empezó a usar las plantillas y zapatos se vio un cambio. En el kínder le pesaban mucho, la suela tenía muchas cuñas y eso hacía que fueran altos, parecían botines, sin embargo, le ayudaron mucho”.
Conforme fue creciendo la altura de cuñas en plantillas y zapatos se fue modificando. Susana acude cada año en agosto, por el inicio de clases, para cambiar la talla y manda a hacerlos con dos semanas de anticipación.
Después de 12 años de usarlos, el calzado de su hijo sigue siendo pesado, pero el cambio en sus pies ha sido notorio, ya que se le acomodaron los huesos metatarsianos y el hueso del talón, además de que dejó de recargar todo el peso hacia enfrente. “Cuando era pequeño le salieron callitos en la planta del pie, pero conforme los ha usado se le han quitado, se enderezo el talón y dejó de pisar de lado; la mejoría ha sido notable”.
Aunque hoy su hijo puede usar calzado y tenis convencionales, siempre y cuando incluya sus plantillas, Susana prefiere mandar a hacerlos. Aunque son un poco más caros, son más resistentes y firmes.
“La ortopédica tiene muchos modelos, son bonitos y modernos, a muchos niños les hacen burla porque claramente se ven diferentes, sin embargo, los de mi hijo están tan bien hechos, solo se ven grandes”.
Señaló que si bien el último par que le compró le costaron 3 mil 800 pesos, por el tamaño y las plantillas, piensa que el dinero ha sido bien invertido porque su hijo tiene pies sanos y ha corregido su problema.
“Lo importante es hacer el esfuerzo para evitar problemas más graves. Mi hijo lleva 8 años con tratamiento y las plantillas serán permanentes; en mi caso es una inversión a largo plazo que le ha beneficiado mucho porque dejó de tropezarse y dejó de sentir dolor.
MAM