Ante la queja que interpuso por tortura el asesino del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, Mario Aburto Martínez, acudió a declarar a la Fiscalía General de la República (FGR) su primer abogado Xavier Carvajal Machado.
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“¿No me explicó por qué se trata de la averiguación previa (de 1994)?. La están reabriendo, cuando realmente se trata de una queja por una supuesta tortura que refiere sufrió esta persona”, expresó el litigante esta mañana.
El citatorio que le envió el Equipo Especial de Investigación y Litigación para el caso, refiere es por esa queja, y en su opinión “se debió abrir otra investigación”.
A Mario Aburro lo detuvieron el 23 de marzo de 1994, después de dispararle a Colosioen un evento político.
Carvajal Machado recordó que a petición del entonces delegado de la Procuraduría General de la República, José Arturo Ochoa Palacios, fue el primer abogado de Aburto Martínez.
Le llamó por teléfono para citarlo y explicarle, aunque después el imputado lo ratificó “y bajo esa circunstancia yo fungí como abogado defensor de él”.
Al platicar con Aburto “él reaccionó y lamentó la muerte del candidato, porque él no tenía pensado matarlo”, manifestó el abogado tijuanense, que en ese entonces era presidente del Colegio de Abogados Emilio Rabasa.
“En ningún momento (dijo que lo torturaron) y además, cuando yo estuve presente, reiteró, jamás fue maltratado. Sí lo interrogaron y él se negó a declarar y ser más explícito con respecto a sus preparativos para herir al candidato”.
Llegó con golpes pero se derivó de la turba de esa tarde en Lomas Taurinas, donde era el mitín del candidato.
En un monitor de televisión “estuvimos viendo las escenas en que él fuera golpeado, pero por la misma muchedumbre enardecida por los acontecimientos que ya sabemos”, expresó, para después ingresar a las oficinas de la FGR.
Lo acompañó su amigo Marco Antonio Mackliz Mercado, también citado a declarar este jueves por la misma situación.
Él acudió para ser testigo de asistencia ante el Ministerio Público.
“Me percaté de que el señor se encontraba lesionado ya en ese momento, tenía unas lesiones en el lado de la cabeza, de la cual se veía que había amando sangre”, relató.
Le preguntó a la persona por qué estaba así, entonces le mostraron un certificado de lesiones de Mario Aburto donde se describía “no impedían que él rindiera su declaración ministerial”.
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