Una fuga de gas LP activa desde el jueves en Nativitas, Tlaxcala, provocada por una toma clandestina, terminó con una explosión que dejó heridos de gravedad a dos trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) y provocó la evacuación de 80 personas de sus casas, tras casi ser alcanzadas por el fuego.
El combustible estalló cuando técnicos de Pemex reparaban una toma clandestina en el poliducto LPC de 24 pulgadas, a la altura del kilómetro 600+500, en la colonia Santa Elena, de la comunidad de Xochitecatitla.
Informes oficiales de Protección Civil y Pemex, a los que MILENIO tuvo acceso, revelan que la fuga de gas estaba fuera de control desde hace tres días, a pesar de que el personal especializado intentó cancelar la toma.
A las 22:30 horas de ayer, el servicio de emergencia 911 recibió el reporte de la explosión que se extendió hasta 300 metros a la redonda. Las llamas hirieron a dos trabajadores de Pemex; uno con quemaduras de primer y segundo grado en el 70 por ciento de su cuerpo; y el otro con quemaduras de tercer grado.
El secretario de Gobierno, Aarón Pérez Carro, informó que inmediatamente instituciones estatales y federales activaron los protocolos de atención a una emergencia de este tipo.
“Personal de Pemex realizaba trabajo técnico en un ducto de gas LP y desafortunadamente las eventualidades son esas, salen de control, pero la parte positiva es que no hubo ningún deceso y los dos heridos ya son atendidos”, indicó.
El incendio formó una extensa columna de humo y una llamarada visible a varios kilómetros de distancia.
Las causas que originaron la explosión se desconocen, de acuerdo con informes de Protección Civil, pero fue una toma clandestina fuera de control lo que provocó el escape del gas.
Pérez Carro expuso que habrá que esperar dictámenes de Pemex para determinar por qué durante los trabajos técnicos con los que se intentaba controlar la fuga, ocurrió la explosión.
“Todavía se encuentra activo el fuego; sin embargo, está bajo control. El personal técnico de Petróleos Mexicanos sigue trabajando”, acotó.
Nativitas es uno de los municipios de Tlaxcala en donde autoridades identifican la operación de bandas dedicadas al robo de gasolina y gas LP; el poliducto Cactus-Tula-Guadalajara, es uno de los más afectados por el robo de combustible.
Al respecto, el funcionario comentó que previo a la explosión, las corporaciones de seguridad pública aplican planes de prevención y combate a la extracción ilegal del robo del hidrocarburo, mismas que deberán reforzar para evitar otra emergencia similar.
“Por este evento tan lamentable desde luego que vamos a reforzar las medidas que sean necesarias, pero insisto, lo que ocurrió no será un detonante para que llevemos a cabo acciones novedosas porque ya las llevamos a cabo”, asentó.
Acusan lugareños negligencia de Pemex
Habitantes de Xochitecatitla y otras comunidades aledañas a la explosión del ducto de Pemex, ocurrida en Nativitas, Tlaxcala, acusaron negligencia por parte de la paraestatal porque su personal llevaba días tratando de reparar una toma clandestina y en las horas previas al estallido, los poblados quedaron infestados por el olor a gas.
“Esto es de todos los días, diario sabemos que hay tomas clandestinas y en esta ya llevaban días tratando de arreglarla hasta que les explotó. Fue una negligencia, porque desde las seis de la tarde todo el pueblo empezó a oler a gas y nadie dijo nada hasta que todo se prendió, se escucharon dos explosiones”, relató Lourdes Bañuelos, vecina.
Mientras a algunas familias les sorprendió el estallido, a otros no les tomó por sorpresa porque lo confundieron con las explosiones del Popocatépetl que, según ellos, son perceptibles hasta el territorio tlaxcalteca.
Los residentes de la colonia Santa Elena, fueron los únicos alertados del riesgo; ellos recibieron la instrucción de no encender sus estufas ni cualquier otro electrodoméstico que generara chispas, tampoco usar ropa de poliéster y materiales similares.
Aun así, las recomendaciones no resultaron de utilidad porque la fuga en el ducto terminó en una explosión que puso en riesgo a más de mil familias que habitan en las inmediaciones.
La Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), ordenó la evacuación de apenas 80 personas que construyeron sus viviendas a unos metros de la zona donde ocurrió el siniestro y podrán regresar hasta que la emergencia quede totalmente controlada.
A decir de los vecinos, las autoridades los engañan con el argumento de que la fuga de gas y la explosión están bajo control; y de que las familias no corren peligro cuando en realidad el robo de combustible es algo que ocurre a diario.
“Aquí las tomas clandestinas las hacen todos los días, no es cierto eso de que ya controlaron la fuga porque todos los días hay, nosotros sabemos por dónde pasa el ducto y ahora no podemos ya ni dormir por miedo a que vayamos a explotar”, dijo Mariela Chino, vecina.
ARP