Desde su oficina, ex fiscal de Nayarit urdía despojos

Veytia recibía a 'El H2' y Carlos Saldate, operador del ex gobernador Sandoval, con quienes elegía a sus víctimas.

El túnel hallado en Puebla que servía para distribuir gasolina robada. (Especial)
Dennis A. García
Nayarit /

Vestido con uniforme táctico y armado, como si fuera un integrante más de la policía de Nayarit, el narcotraficante Juan Francisco Patrón Sánchez, El H2, ingresaba a las instalaciones de la fiscalía del estado para reunirse con Édgar Veytia, ex titular de esa dependencia, actualmente preso en Estados Unidos.

De acuerdo con testigos, el capo aprovechaba que los policías operaban con el rostro cubierto para ocultar su identidad y apersonarse con bajo perfil. Al llegar a la oficina de El Diablo Veytia, el delincuente se quitaba la capucha.

En ocasiones había un tercero en las reuniones: el entonces diputado priista Carlos Saldate Castillón, operador político del ex gobernador Roberto Sandoval, quien también se encuentra preso, enfrentando cargos por secuestro y extorsión.

Los encuentros entre esas tres personas significaba planear el siguiente golpe: secuestrar y despojar a personas de casas, tierras o lo que fuera de valor. Para ello, Saldate Castillón se encargaba de investigar las propiedades que tenían las víctimas y llevarlas a la oficina del fiscal.

Ahí, El Diablo decidía sobre la vida de las personas. De acuerdo con diversos testimonios, a los que MILENIO tuvo acceso, el fiscal siempre estaba rodeado de por lo menos 10 personas armadas.

El cuarto de las torturas, relatan las víctimas, tenía aislantes acústicos en las paredes para impedir que los gritos llegaran más allá. Ahí resolvían con golpes e intimidaciones antes de pasarlos con el fiscal.

Frente a su altar a la Santa Muerte, El Diablo decía a sus víctimas: “Yo soy el poseedor de la riqueza, merezco todo”.

Y sacaba una cifra alarmante para atemorizarlas.

—Díganle a cuántos nos hemos ejecutado —pedía a sus cómplices.

—Llevamos como mil, jefe.

Si no cedían, el siguiente paso era llevarlos a un hotel cerca de la central de autobuses de Tepic, a unos cinco kilómetros de la fiscalía, que se utilizaba como casa de seguridad. Ahí mantenían secuestradas a las víctimas hasta que los familiares accedieran a sus demandas.

Por la habitación 14 del hotel pasaron varias víctimas. Las que tuvieron suerte salieron del cautiverio con vida después de entregarle todo su patrimonio, otras continúan en calidad de desaparecidos.

Al respecto, la fiscalía de Nayarit confirmó que a mediados de diciembre pasado la Fiscalía General de la República (FGR) efectuó una investigación en las instalaciones de esa dependencia estatal en relación con la desaparición de por lo menos 39 personas.

A través de Twitter, la institución nayarita indicó: “se acordó con la FGR la ruta para las entregas de las carpetas de investigación, así como la práctica de diferentes actos de investigación. _

Con información de: Salvador Arellano

ledz

LAS MÁS VISTAS