Con más de 23 años laborando en la Secretaría de Salud de Coahuila, Rocío Quiroz Flores, médico de profesión, asegura que el estar cerca de la gente y poderla ayudar ha sido parte de las grandes satisfacciones que ha tenido.
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Inició en el área rural, conociendo todas las comunidades y ejidos de Torreón, Matamoros y Viesca, lugares a los que acudía en brigadas para brindar atención médica a los habitantes, tiempo en el que enfrentó complicaciones en su salud, pues el embarazo de su segundo hijo fue de alto riesgo, sin embargo, eso no la detuvo para continuar ayudando a las personas con el apoyo de sus compañeros, así como de su familia.
Lleva 8 años al frente de la Jurisdicción Sanitaria 7, correspondiente a los municipios de San Pedro, Madero y Sierra Mojada.
¿Cómo ha compaginado el trabajo con la familia?
En la Jurisdicción mi función es más de acercamiento, más comunitaria, de andar en comunidades, de realizar mucha gestión. Sí, al principio si, desde chiquitos me decían por qué no estás con nosotros, no tienes tiempo, estás siempre en el teléfono.
No ha sido fácil, pero a medida que tus hijos van creciendo, como mujer tienes la inteligencia de adaptarlos a tu vida, de llevarlos, de acercarlos a tu trabajo y decirles, esto es lo que yo hago, les vas creando también el gusto por querer apoyar y ayudar a la gente, el decir ya entiendo el por qué llegas tarde, entiendo el bien que estás haciendo y se va haciendo todo más fácil, vienen las recompensas, la empatía de los hijos y es cuando dices, ha valido la pena.
Es cuestión de cómo puedas hacer entender a tus hijos que ellos son lo más importante, pero que también te tienes que realizar como profesional.
¿Qué momentos se ha perdido al no poder estar con sus hijos?
Yo creo que los festivales, pero somos nosotros como mujeres, porque a lo mejor faltó la necesidad de sentir, de llorar al ver a mi hijo, de aplaudirle, pero son cosas que también tú vas evolucionando como mamá en estas nuevas generaciones y el platicar, conversar con ellos y decirles esto es lo que yo hago y por eso en ocasiones no estoy contigo, es para que ellos te entiendan y no sientan que los dejaste a un lado, para todo hay sacrificios.
¿Llega una pandemia, cómo la enfrenta en su trabajo y con su familia?
Es una nueva normalidad, no tenemos el mismo acercamiento con la gente, pero la gestión y la atención médica se tienen que seguir dando, tenemos que buscar otras formas.
Como toda mujer y como ama de casa, con la preocupación, con los cuidados extremos y exagerados, cuidando a la familia y cuidándome, tratando también que nuestro personal tenga lo más importante para protegerse.
Es algo que nos vino a dar una sacudida muy grande que también te pone a pensar, a reflexionar de que a veces podemos vivir con poquito, de que no hay necesidad de muchas cosas, fue muy difícil.
¿Qué ha sido lo difícil en esta pandemia?
Yo soy mujer de casa y mujer de trabajo, para mí no fue difícil adaptarme a eso, fue difícil el estrés que manejamos diariamente en casa al salir y decir me puedo contagiar y difícil al estar al pendiente del personal y de los hospitales.
No ha sido fácil esta pandemia, pero hay vamos
¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que ha tenido a lo largo de su experiencia laboral?
Han sido muchas, pero creo que lo que más engloba en todo esto y se resume en una sola, la sonrisa de una persona y que te diga gracias cuando acuden por alguna situación muy severa, que te digan gracias a Dios, gracias a las personas que me abren a mí las puertas para poder trabajar y para poder apoyar, eso es lo que te brinda todos los días, es el blindaje que Dios te da ante las adversidades que se te puedan presentar.
¿Estudió medicina para poder ayudar a la gente?
Terminé la escuela y el servicio social y tuve la oportunidad de entrar a trabajar al Seguro Social, quería hacer una especialidad, pero por situaciones familiares ya no me lo permitieron, me salgo del IMSS porque quería algo tranquilo porque falleció mi papá, fue un golpe duro y quería estar tranquila.
Tuve la oportunidad de entrar a la Secretaría en la Jurisdicción de Torreón, ahí estuve en la comunidad, en el Pilar Coahuila, nada más tres meses y después me fui de supervisora a andar en todas las comunidades y me gustó mucho, mi perspectiva cambió y la aparte también de que me daba la oportunidad como mamá de poder estar con mi hija que estaba muy chiquita, eso cambió totalmente mi idea de pensar.
Ahorita a mis 23 años y después de andar en varios lugares, de haber tenido tantas satisfacciones, de apoyar y ayudar a la gente, estoy en donde Dios me puso y no me arrepiento.
¿Qué le gustaría en un futuro?
Yo estoy muy a gusto aquí, no sabemos lo que pase, lo que sí puedo decir y lo que sí sé, es que yo quiero continuar con mi vida, con mi familia. Quiero que Dios me dé la oportunidad de tener hijos felices, de continuar con hijos sanos.
Creo que hemos hecho algo bueno con ellos, mi hija que ya es profesionista y mi hijo iniciando su carrera, al final la familia es lo mejor que queda, es lo único que tienes, es lo más lindo, lo más sincero, el disfrutar y amar a tu familia, desde ese momento te sientes realizada como mujer, como mamá y ellos te motivan para que sigas como profesionista.
RCM