Estudiar en tiempos de covid-19: entre el aislamiento y la sobrecarga de labores

Estudiar en tiempos de pandemia representa una doble o triple jornada a los estudiantes laguneros, que desde hace dos meses están en casa para evitar contagiarse.

En algunos casos su situación se agrava por las carencias económicas y la dificultad para acceder a servicios como el internet. (Mauricio Román)
Luis Alberto López
Torreón, Coahuila /

Estudiar en tiempos del nuevo coronavirus le representa una doble o triple jornada a los estudiantes laguneros que desde hace dos meses están en casa para evitar contagiarse.

En algunos casos su situación se agrava por las carencias económicas en sus familias y la dificultad para acceder a servicios como el internet, sin dejar de mencionar que el aislamiento les impide socializar de forma presencial con sus compañeros para apoyarse.

“Cuando empezamos nos quedamos en shock porque no sabíamos cómo iban a seguir las clases, dijeron que en línea pero nos la estamos viendo más complicado por la economía y los bajos recursos que tenemos. Algunos compañeros de clase no tienen las herramientas para poder entregar o hacer las tareas porque les cortaron el internet”, recuerda Jerson Gael Jiménez Ríos, estudiante de sexto semestre de preparatoria.

En su caso no nada más debe dedicarse a estudiar por las mañanas y las tardes en que revisa los videos y tareas de los profesores de sus siete materias, debido a que también el fin de semana trabaja para llevar algo de apoyo económico a su casa en que habitan su abuela, madre y hermana.

“Trabajo los fines de semana en un restaurante y le ayudo a mi mamá para las cosas que requerimos aquí en la casa. En el trabajo nos bajaron el sueldo de 300 pesos diarios a 150 o 200 máximo, la verdad está muy feo esto y estamos batallando mucho”.

Comparte que de manera paralela al estudio de la preparatoria debe también reforzar conocimientos para presentar el examen de admisión para la universidad en julio próximo.

“A veces no puedo estudiar por estar haciendo las tareas que están pesadas, por ejemplo en una tarea de física teníamos que ver tres videos y cada uno duraba una hora”.

Una situación similar la está viviendo José Manuel Silos, también estudiante del último semestre de preparatoria, quien ante la pandemia tuvo que hacer un esfuerzo con su familia para adquirir una computadora y contratar el servicio de internet para hacer sus tareas.

“Las clases a mí me parecen bien cuando te piden que investigues, me gusta informarme sobre los temas y algunas sí me han beneficiado durante la cuarentena. Las últimas semanas antes de la cuarentena ya nos estaban pidiendo computadora, ya lo tenía planeado y como llegó esta situación tuve que hacerme de una más económica”.

Refiere que las jornadas diarias de estudio son de entre 7 y 8 horas, aunque hay materias en las que tiene mayor dificultad porque no hay un maestro de frente que le explique o bien un compañero que lo auxilie como era costumbre.

“De momento la de especialidad que prácticamente nos envían en unos archivos varias actividades y ciertos pasos no los puedo seguir porque no los comprendo. Al no hablar con mis compañeros se ve un poco más complicado porque también me apoyaba de ellos y se les llega extrañar”.

Ambos estudiantes coinciden en que una de las cosas más complicadas de la pandemia es que no podrán tener una ceremonia de graduación o una última convivencia con sus compañeros antes de un vida universitaria.

“De momento han estado calificado conforme mandamos los trabajos y creo que al estar la cuarentena no va haber graduación porque no es lo adecuado”, dice Silos.

Gael Jiménez, por su lado, afirma que toma situación con calma y cree que todo pasará pronto.

“Ahorita nos la estamos viendo muy difícil, pero podemos salir adelante y esto es solamente reto que podemos cumplir”.

Los estudiantes forman parte de la estadística de más de un millón de alumnos de los diversos niveles educativos en Coahuila que vieron interrumpida su educación presencial desde mediados de marzo que inició la cuarentena por la propagación del covid-19.

Desde esa fecha los niños, jóvenes y adolescentes han tenido que acoplarse a una realidad en que la brecha de desigualdad económica está latente, pues la propia autoridad estatal reconoce que un 15 por ciento de todos sus estudiantes no tiene acceso a plataformas digitales para la educación virtual y ante eso se han improvisado otras estrategias a distancia.

Hoy en su día los jóvenes que cursan algún nivel educativo ven con nostalgia las celebraciones que por lo regular hay con sus compañeros en los centros educativos y en lugar de eso deben convivir vía redes sociales.

Los que estudian carrera universitaria

Según un informe del Observatorio Ciudadano de La Laguna con base en los datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, en la región uno de cada dos jóvenes en edad para acudir a la universidad no lo hacen por diversos factores, principalmente el económico.

“A pesar de que somos una región con muchas universidades y cobertura de educación superior, de los 102 mil 193 en la Zona Metropolitana sólo 45 mil 644 están en estos momentos estudiando una carrera universitaria”, puntualiza el coordinador de Investigación del organismo, Luis Alfredo Medina.

Refiere que pese a eso la región cuenta con un número superior de estudiantes en comparación a otras zonas del país.

“La Laguna sigue siendo una zona con muchos estudiantes y grandes aspiraciones, pero la crisis económica que se vive los sigue orillando a que se vayan a Querétaro, Saltillo, Monterrey y Aguascalientes en busca de sueldos más competitivos”.

CALE

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