Jorge Flores, propietario de un crematorio en Reynosa, Tamaulipas, denunció un grave incidente ocurrido al llegar a su predio, donde se encontró con el Ejército mexicano, cuyos elementos retiraron el horno de cremación que había adquirido en 2020 y con el que trabajaba, sin darle motivos ni explicación.
De acuerdo con Flores, el 15 de diciembre de 2024 adquirió un terreno con la intención de construir una nueva instalación para su crematorio.
El horno de cremación aún no estaba en funcionamiento, ya que se encontraba desarmado, pero todo parecía estar en orden, pues había recibido la liberación oficial por parte de las autoridades.
"Al horno lo trataron como delincuente. Me voy a presentar con mi abogado para meter una demanda", expresó el dueño del crematorio en entrevista para MILENIO Televisión con Carlos Zúñiga.
Flores presentó los documentos pertinentes ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) el martes 11 de marzo de este año, donde se le confirmó que no había ningún problema con el crematorio.
Confundido y preocupado, constató que no se encontraron irregularidades en el predio y que el crematorio estaba en regla, como quedó registrado en la página de la antes Procuraduría General de Justicia (PGJ).
Con más de una década de experiencia en el sector, operando funerarias en las colonias Periquitos, Juárez y actualmente en la colonia Rodríguez, Flores recordó que el doctor Américo ya había dado su versión, confirmando que todo estaba en orden con el crematorio.
Para él, este incidente representó un atropello que le causó un daño considerable tanto a su equipo como a su negocio.
El caso sigue en desarrollo, y se espera que las autoridades ofrezcan más detalles sobre la razón detrás de la intervención y el confuso retiro del horno.
MO