Comerciantes del centro de Lerdo demandaron la intervención urgente del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAL) ante el brote de aguas negras que afloró en la avenida Francisco I. Madero entre Zaragoza e Hidalgo, lo que se ha convertido en un foco de infección, además de malos olores.
Los comerciantes entrevistados por MILENIO, aseguran que desde hace 2 meses prevalece esta fuga de aguas negras en este lugar a la altura de una cantina, por lo que piden que se haga por parte del organismo operador una inspección para ver alternativas de solución a este problema sanitario que atenta contra la salud.
Malos olores por aguas negras
El cordón cuneta que se ubica en esta parte del corazón del centro de Lerdo sirve de contenedor para alojar a estas aguas verdosas y azules de las cuales emana un olor nauseabundo que resulta intolerante para quienes por ahí transitan de paso y no se diga para quienes permanecen aquí expendiendo sus productos al público.
María Cristina Olvera Mendoza, encargada de una cantina ubicada en este lugar, señala que ya con hoy lleva tres reportes que ha presentado al organismo de agua potable para que acuda a atender esta gran fuga de agua que tiene desde el mes de diciembre, pero que nadie se ha dignado a resolver, lo que ha propiciado problemas serios debido a que los parroquianos no aguantan más y se salen al introducirse a su negocio ese fétido olor.
Carlos Martín Martínez, comerciante dedicado desde hace 50 años a la venta de artículos de mercería, zapatos y diversos, señala que la situación es insoportable para quienes tienen aquí sus locales, ya que nadie les hace caso, por lo que piden la intervención urgente del alcalde Homero Martínez Cabrera para resolver este brote de aguas negras, que aún cuando proviene de una comercio aledaño, afecta a todos los que se ubican en esta acera, más cuando hay negocios dedicados al venta de alimentos.
Marisol Medrano, encargada de la Panificadora La Nueva Central, uno de los comercios que sufren de este brote de aguas negras, expone que la queja se ha presentado varias veces sin que a la fecha se haya resuelto, lo que se ha convertido para ellos en un problema grave debido a que al expender alimentos, la gente se estaciona, ve la laguna de aguas pestilentes y se pasan de largo, ya que evitan llegar a consumir.
Expone que es lamentable que estando en pleno zona centro de la ciudad se presenten este tipo de problemas, ya que si bien existe ya muchas cañerías obsoletas, deberían de hacer una inspección para verificar aquellas que requieren de una solución y obligar a los propietarios a que hagan algo, pues es una pena que se salga el excremento de las descargas hacia la calle.
EGO