Originarios de Matamoros, Coahuila, más bien, de Nueva York, Spiderman y La Monja llegaron a los cruceros de Lerdo en busca de obtener más ingresos para cumplir las metas que se trazaron cuando decidieron unir sus vidas.
Con una relación de más de tres años, estos dos jóvenes al ya haber terminado sus respectivas carreras universitarias decidieron entretener en los semáforos de la Comarca Lagunera para ingresar un dinero extra que les permita cumplir sus sueños.
Evitaron compartir sus planes a futuro pues temen que los villanos de la ciudad se los echen a perder, harán todo lo que esté en sus manos para mantener el anonimato y salir adelante.
Diversión, ritmo y buena vibra es algo que les caracteriza, los vehículos que pasan por la zona llegan a pitar el claxon en apoyo y otros por supuesto les dan unas cuantas monedas al ofrecer un espectáculo de verdad, claro que los hay también groseros pero evitan darles importancia.
Por ello, dijeron que no ven mal que algunas personas no les den algo, pues todos atraviesan situaciones distintas y es importante ponerse en los zapatos de los demás.
Finalizaron invitando a la gente a que lleve a cabo todo lo que se proponga sin importar las adversidades, pues como dice Spiderman, nunca hay que dejarse caer, y si pasa, hay que volverse a levantar.
EGO