La Comarca Lagunera brilló al oscurecer luego que por efecto del eclipse solar, la Luna ocultó por poco más de cuatro minutos al astro Sol. Los laguneros que se hicieron presentes en el Bosque Urbano de Torreón, el principal centro de observación de este fenómeno astronómico, aplaudieron, gritaron e incluso lloraron de emoción; se pudo apreciar el eclipse solar, oscureciendo el panorama bajo el asombro de chicos, la algarabía de jóvenes, quienes por primera ocasión presenciaron y la emoción de grandes para quienes será su último eclipse.
Este evento único se tornó toda una fiesta astronómica en la que convivieron, no solo familias laguneras, sino todos aquellos procedentes de otras entidades de México y del resto del mundo.
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Esta fiesta comenzó desde las cinco de la mañana, en que se abrieron las puertas del Bosque Urbano al público. Fue poco después de las nueve de la mañana cuando de manera copiosa comenzó a llenar se el lugar en los diferentes puntos en donde se instalaron los llamados “tendederos” con los lentes de protección.
Un día de campo
Algunos instalaron tiendas para acampar y otros más lograron hacer del pasto la mejor de las cobijas para poderse recostar en espera del fenómeno.
La explanada del Planetarium en Torreón lució pletórica, en donde medios de comunicación nacionales y extranjeros, así como agrupaciones astronómicas de todas partes del mundo, hicieron su centro de operaciones para la trasmisión de este fenómeno, que parecía opacarse ante la presencia de nubosidad, pero que por momentos, cedía, brindando esperanza y motivación.
Vendedores hicieron su "agosto"
Vendedores de artesanías, souvenirs, alimentos y bebidas hicieron su agosto. Incluso el mismo tren del Bosque Urbano, continuaba paseando a los turistas, convirtiéndose en una especie de “El expreso del eclipse”, cómo lo mencionó Manuel Gómez, procedente de Saltillo.
"No lo puedo describir", dice mujer de 71 años
En medio de los casi 50 mil asistentes que se dieron cita en el Bosque Urbano, se encontraba Mary González, quien parece acudió sola a presenciar el eclipse en el Bosque Urbano: “Nunca había presenciado nada, no lo puedo describir, tengo una emoción muy fuerte, tengo 71 años”, comentó en uno de los jardines de este espacio que tiene una extensión de 18 hectáreas.
Sabe que no vivirá otro eclipse y le manda mensaje a su nieta
La voz se le comienza a quebrar por la emoción que vivió tras oscurecerse el día, y se pregunta ya con lágrimas en los ojos: “¿quiénes van a volver a ver un eclipse de esta naturaleza, de mis nietos, bisnietos, tataranietos? Sólo tengo una nieta de dos añitos, ella sí lo alcanzará a ver y le dejó este mensaje: “Estás muy chiquita, pero tú sí tendrás la oportunidad de ver otro eclipse, no te lo pierdas, disfrútalo porque a mí me emocionó mucho”.
Reflexión
Ponerse la careta de reportero es complicado cuando también acabas de vivir un momento en donde la temperatura desciende, los pájaros de repente emprende.
Es difícil cuando vives el momento en donde cientos o miles de personas gritan, aplauden, reflexionan y callan ante este fenómeno, donde de repente se oscurece y los celulares brillan para captar ese momento. Es difícil no ser empático, cuando a uno mismo se le eriza la piel. En donde debes documentar todo. Es difícil sí, pero cuando te das la oportunidad de disfrutar de este momento y cuando las palabras de Mary González te aterrizan y te hacen consciente que no volverás a vivir otro eclipse total en Torreón, entonces todo fluye.
aarp