Ante los problemas generados por el desempleo, la inflación y la caída económica en el estado de Puebla, es momento de aplicar la llamada economía familiar de guerra que consiste en establecer cadenas de apoyo para encontrar los precios de productos y servicios más baratos; así como evitar las compras innecesarias.
Anselmo Salvador Chávez Capó, investigador en Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), explicó que el aumento del desempleo y la caída de la actividad económica está impactando directamente a las familias.
Después de que este 28 de abril el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que Puebla registró en marzo una tasa de desocupación de 3.4 por ciento, la más alta en lo que va de este año 2022; y luego de que el estado reportó en el lapso de octubre a diciembre del año pasado una contracción de 2.1 por ciento respecto a igual periodo de 2020, cuando se tenían actividades restringidas a causa de la pandemia de covid-29, Chávez Capó destacó que es momento de aplicar una economía de apoyo solidario.
“Es muy complicado llegar a un autoservicio y comprar un paquete de pan, de jamón, de cualquier alimento que te costaba 10 pesos y llegar al otro día que se cuesta 12 pesos. ¿Qué es lo que se debe hacer? En este momento, trabajar en el mejor sentido de la palabra, que se tome como tal, como economía de guerra ¿En qué sentido? ¿Cuáles son los bienes indispensables que requerimos y de qué manera podemos consumirlos? Vamos a trabajar con lo que necesitamos para alimentarnos y empezar a realizar economías de escala, en qué lugares venden más barato, tú con tu grupo de gente, en la cuadra, en la familia, vamos a la Central de Abasto ”, explicó.
Resaltó que el desempleo está en aumento ya que, actualmente, el dato sobre desocupación, que considera a quienes estaban sin trabajar, pero que estuvieron buscando empleo durante el tercer mes de este año, implicó 103 mil 525 poblanos respecto a la Población Económicamente Activa (PEA) que rebasa los tres millones de personas.
Al mismo tiempo, el incremento de productos y servicios está aumentando, lo cual, impacta de manera directa en los bolsillos de las familias, lo que requiere de implementar acciones concretas para evitar gastos innecesarios.
“Si no hay incremento en el sueldo, es necesario ajustar los gastos para tener los mismos satisfactores con un costo menor. A lo mejor se tienen gastos misceláneos por día, de 70 pesos, es decir, son dos mil pesos al mes que se podrían destinar para otros elementos y realizar ahorros. Hoy una bolsa de botanas y un refresco ya cuesta más de 40 pesos”, comentó.
Resaltó que, desde hace 20 años, no se presentaba una inflación alta luego de que en la primera quincena del mes de abril de este año, se acercó al 7.72 por ciento con una tendencia al alza y en comparación con 2021.
“El año pasado, la inflación era del 2.15 por ciento, y si hacemos el comparativo, observamos que tenemos un incremento de cinco puntos porcentuales lo que representa para las familias y las empresas una disminución importante en su poder adquisitivo”, apuntó.
El entorno internacional también está afectando a la economía de México y a de los estados porque factores como la guerra entre Ucrania y Rusia, que ha provocado que los principales productores de trigo no tengan la capacidad de abastecer al mercado internacional, dando como resultado que todas las materias primas se vean afectadas de manera directa.
AFM