La Fundación Salvemos al Desierto presentó a través del geólogo Jorge Castañeda Nené, un plan alterno basado en el conocimiento probado que permitiría una reducción del 90% de su costo, a la propuesta presidencial anunciada el martes con un costo de 10 mil millones de pesos, mientras que la que presentan ellos no rebasa los 1,200 millones de pesos.
Consideraron como un principio básico la consulta desde la Presidencia de la República a un equipo de especialistas, y que se eviten opiniones de personajes que son movidos por motivos políticos o partidarios, ya que se trata de buscar solución a un problema de carácter técnico que demanda conocimiento, experiencia y sobre todo compromiso con la región.
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La fundación integrada por Jesús Orona Flores y Alberto Núñez, este último biólogo y especialista en el manejo de sistemas de agua, calificó como una idea equivocada la pretensión de conducir agua entubada, de la presa Francisco Zarco a la zona urbana y aquí llevarla a una planta potabilizadora, partiendo de que sería equivalente a un ecocidio, dado que sería agua que dejaría de fluir de manera natural por su cauce.
Explican que su alternativa se basa en la perforación en batería de 10 pozos a la altura del parque Raymundo con la extracción de más de 8 metros cúbicos por segundo, mismos que al interconectarse con la red hidráulica de los organismos operadores, darían abasto suficiente a los municipios de la zona conurbada de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón, Matamoros y hasta Tlahualilo.
De profesión geólogo, egresado de la Escuela de Minería y Metalurgia Adolfo López Mateos de Nueva Rosita, de la Universidad Autónoma de Coahuila, Jorge Castañeda Nené cuenta con 30 años de radicar en La Laguna y cuenta con Postgrado en Geohidrologia y es además Licenciado en Derecho egresado de la Universidad del Valle de México.
Su experiencia le ha valido además para ser nominado Perito Especializado ante el Tribunal Fiscal Administrativo de la Federación.
Refirió que no es necesario la construcción o equipamiento de un gran acueducto, para hacer traer agua de la presa Francisco Zarco 'Las Tórtolas', cuando existe una conducción natural por el cauce del río Nazas que se da tres veces por año en los ciclos agrícolas, por donde liberan 1,054 millones de metros cúbicos para cumplir con el plan de riesgos a los diferentes cultivos.
Citó que una gran parte de esta agua se filtra en forma subterránea, y sale por cavernas con un diámetro de 4x6, que ya tienen identificadas en siete puntos diversos en cerros aledaños al río Nazas cercanos al paraje de Raymundo, por lo que esta sería el agua que pudiera ser aprovechada para cumplir el objetivo presidencial sin necesidad de tanto gasto.
"Por esas cavernas absorben un gasto de 60 metros cúbicos por segundo, por lo que únicamente se buscaría aprovechar un 50 por ciento de ese flujo, pues con 8 metros por segundo sería suficiente para dar cobertura al abasto de agua de la zona urbana, mientras que los 22 metros cúbicos restantes serían desviados de manera artificial hacia el cauce del río Nazas, desde la represa de San Fernando hacia aguas abajo".
"Al infiltrarse se crearía una especie de barrera que evitaría que el agua contaminada con metales pesados como arsénico, cadmio y calcio, entre otros se desplace hacia el acuífero principal contaminando las reservas que aún le quedan", detalló el especialista.
Castañeda Nené expuso que esos 8 metros cúbicos (8 mil litros) disponibles a través de la perforación de 10 pozos, a valor de 12.5 millones de pesos cada uno, se colocarían en batería y cuya profundidad no rebasaría los 60 metros, lo que además no representa mucho costo en su operación a diferencia de la zona urbana. El aforo de estos pozos sería superior a los 120 litros por segundo.
En tanto, comparó que perforar un pozo en la zona urbana equivale a hacerlo a una profundidad entre 150 a 300 metros, con una erogación mensual de 250 mil pesos por consumo de energía eléctrica, ya que se requiere la compra de motores con capacidad de 250 mil caballos de fuerza. El aforo en estos pozos es de 50 litros por segundo.
Además sostuvo que el costo económico no se compara con el costo ecológico, ya que entubar el agua desde la presa hasta la zona urbana de Lerdo, sería como evitar que esa agua corriera por el cauce natural.