Entre la pobreza que los hizo huir hace un mes, todos los migrantes que murieron en un tráiler en San Antonio, Texas fueron despedidos por familias y amigos. Ahí, en medio de las carencias que buscaban superar en Estados Unidos, fue la iglesia la que levantó la voz: algo está fallando si un país no es capaz de ofrecer oportunidades. Algo está fallando.
"Estados Unidos ha traído muchas cosas buenas a este pueblo, pero a nosotros nos ha traído tragedias", dijo el pastor Gabriel Durán al despedir a los jóvenes zacatecanos Mayra, Fernando y Javier.
"Cuando un país no es capaz de ofrecer oportunidades reales para que sus hijos puedan sentirse plenos en su propia patria, entonces algo está fallando. Cuando un país no puede retener a sus ciudadanos y tienen que huir, tienen que migrar para buscar lo que aquí no hay, algo está fallando", criticó el sacerdote Raúl Martínez durante la homilía de Mayra, la única católica de los tres amigos. En su ataúd, dejaron su camiseta y pelota de beisbol, y su equipo fue a despedirla con porras y playeras con su nombre y su fotografía.
Ayer llegó el último vuelo de Texas con los dos migrantes que seguían en el lugar de la tragedia. De las 26 víctimas, MILENIO acompañó los funerales y sepelios de 22, con las costumbres de cada localidad para darles el último adiós, pero con una gran similitud: todas son comunidades de grandes carencias donde sus jóvenes buscan el sueño americano porque se resisten a tener el mismo futuro, a darles a sus familias una vida que quedándose ahí, sería imposible tener.
Guanajuato, es la entidad con más víctimas, con un total de ocho personas de Valle de Santiago, San José Iturbide, Cortazar y Celaya. Ahí se lanzaron cohetes y caminaron por las calles con el ataúd hasta la iglesia y los panteones. Uno de los sacerdotes acusó al chofer incluso de drogadicto.
"Sí hermanos, culpable el chofer que llevaba el tráiler, quizás iba marihuano, drogadicto, quizás se durmió, el chiste es que se olvidó de sus pasajeros, por llamarle así, de aquel grupo de migrantes que buscaban el sueño americano".
En Veracruz, donde recibieron los cuerpos de cinco víctimas, hubo arrancones con motonetas en honor de Pablo. Y sus amigos pasaron una botella para brindar por el joven.
En Veracruz sepultaron a tres personas, en el Estado de México a dos, en Querétaro a una y en Chiapas a una en espera del último migrante que llegó ayer.
En algunos panteones, "Los Tigres del Norte" hicieron la despedida más dolorosa. Resonó una y otra vez "José Pérez León". Esa canción que desde su lanzamiento hace 18 años, narra al pie de la letra la tragedia del llamado "tráiler de la muerte" del pasado 27 de junio. Ésa y todas las que se viven desde hace décadas en las mismas condiciones: migrantes que pierden la vida porque el pollero los dejó a su suerte, hacinados en un tráiler donde mueren asfixiados, lejos del que creían que era el sueño americano.
"Y sin dudarlo, a todos metieron en el interior de un vagón", repetía el grupo mexicano en una bocina una y otra vez entre los gritos y llantos de quienes no podían aceptar la pérdida. Y seguían y seguían:
"Casi siete horas después fue cuando el aire empezó a terminarse y ya nada pudieron hacer, nadie escuchó aquellos gritos de auxilio y la puerta no quiso ceder. Uno por uno fueron cayendo y así falleció el buen José... Así termina la historia, no queda más que contar, arriesga la vida el que muere como ilegal...".
Con información de Isabel Zamudio, Avelina Guevara, Omar Hernández, Abraham Jiménez y Óscar Rodríguez.
ledz