Un alto consumo de sal en la dieta diaria se ha convertido en un factor de riesgo para desarrollar hipertensión arterial, segunda causa de consulta externa y novena de muerte en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
También tiene que ver con la cardiopatía y el accidente cerebrovascular, que en México ocasiona cerca de 170 mil infartos cerebrales al año, por lo que el instituto, en el marco de la Semana Mundial de Sensibilización sobre la Sal, promueve reducir la ingesta a no más de una cucharada cafetera de sal por día para cada persona.
El jefe de la Unidad de Servicio Social y Vinculación Académica de la Escuela de Dietética y Nutrición (EDyN) del Issste, Aldo Emmanuel González Fuentes precisó que consumir sal en exceso y el sodio que contiene, repercute inicialmente en la hipertensión.
Con el tiempo provoca daño a nivel cardiovascular y puede causar afección renal, debido a que el riñón se encarga de reabsorber estos micronutrimentos.
Los daños a la salud relacionados con la elevada ingesta de sal en combinación con otros factores como el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo, pueden favorecer el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) desde la niñez y a cualquier edad, puntualizó.
Explicó que si bien la mayoría de los alimentos naturales, como vegetales y verduras contienen micronutrimentos y nutrimentos en su composición, entre ellos el sodio, hay muchos otros productos altos en sal que son parte de la dieta de las y los mexicanos.
El elevado consumo de alimentos ultraprocesados son esa fuente no contabilizada de sal que debemos tener presente para cuidar la salud y evitar riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, dijo. Entre estos productos están todo tipo de frituras, botanas, galletas saladas, palomitas, pizzas, burritos, pan, embutidos, aderezos y salsas envasadas, entre otros.
Un hábito erróneo y muy arraigado en la población es excederse en las porciones recomendadas de alimentos para cada tiempo de comida, en especial de los carbohidratos y de su contenido equivalente en comidas ultraprocesadas. Al consumir más de lo que requiere el organismo, automáticamente los niveles de sal que se ingieren, aumentan, y con ello, los daños a la salud, señaló.
“Por ejemplo, en una comida estándar en una fonda, sirven en un plato una pechuga empanizada, un poco de ensalada y arroz. Cuando lo metemos al sistema mexicano de equivalentes, una porción de carbohidratos recomendable es igual a un tercio de taza de arroz y si en una comida una persona consume una taza y media o dos de este producto, además del empanizado de la carne, está consumiendo hasta cinco veces más la porción equivalente recomendada para un tiempo de comida, lo cual es un exceso”, explicó.
Para prevenir los riesgos contra la salud derivados de alto consumo de sal, el nutriólogo recomendó cocinar de preferencia sin sal o no rebasar una cucharada cafetera de sal en la preparación de todos los alimentos del día; evitar la presencia de saleros en la mesa; no añadir sal adicional a los platillos antes de consumirlos.
Al comer productos industrializados, revisar las etiquetas de información nutrimental en empaques y envases, comparar y elegir los de menor o bajo contenido de sodio por porción.
Aldo Emmanuel González Fuentes sugirió no exceder las porciones recomendadas por grupos de alimentos en cada tiempo de comida y por día.
Si respetamos las porciones recomendadas de cada tipo de alimentos en el desayuno, la comida la cena y las colaciones, es posible comer de todo en adecuada medida; esta es la base de la primera estrategia que aplicamos en una consulta nutricional, enfatizó.
Con estas medidas, el fomento de hábitos de alimentación saludable en la población derechohabiente, sumado a la promoción de la actividad física regular desde la niñez y a lo largo de toda la vida de las personas, lograremos prevenir ECNT como la hipertensión arterial y afrontar otro gran problema de salud pública, como el sobrepeso y la obesidad.
RM