"Navegando a vela con un mensaje de paz" fue el lema con el que la familia Irigoyen, originaria de Puebla, le dio la vuelta al mundo en tres años y cuatro meses. El sueño surgió cuando en su juventud, el capitán Alejandro Irigoyen se planteó la idea de recorrer el planeta en altamar. Así, con el paso del tiempo y tras formar una familia, su esposa e hijos se integraron a esta travesía.
“La primera vez que estaba navegando en velero en el mar me planteé la posibilidad de hacer este proyecto a los 45 años”, comentó Alejandro Irigoyen. De esta forma nació "Soltando Amarras", proyecto que inició hace más de 20 años y que para lograrlo, los integrantes se desprendieron de lo material, se alejaron de la tierra, pero se reencontraron con la paz. La confianza y el amor en familia fue la bandera que los impulsó.
“Deshacernos de las cosas materiales no fue la parte difícil; difícil fue ver a mis suegros que eran mayores, mi abuela y saber que si te estás despidiendo y estar consciente de que es posible que no los vuelvas a ver”, narra Bernadette Sánchez, primer oficial y madre de familia.
Alejandro Irigoyen, Bernadette Sánchez y sus hijos, los pequeños marineros, Alexa, Diego y Vital, zarparon el 10 de marzo de 2019 en Acapulco y regresaron el 9 de julio de 2022 en Veracruz.
Durante ese tiempo convivieron en familia, enfrentaron la pandemia como el resto del mundo, pero los niños aprendieron mucho, ya que tuvieron la cercanía con la naturaleza y el contacto con diferentes culturas. Fue un trabajo bastante enriquecedor a su corta edad, señalan los oficiales.
“Yo tenía muchas dudas respecto a cómo iba a educar a mis hijos y tampoco puedo decir que me súper preparé, pero al final regresan unos chavos llenos de historia, de cultura, de unos aprendizajes increíbles”, señala Bernadette Sánchez.
Los cinco integrantes recorrieron el océano Pacífico, Mar Rojo, Mediterráneo, Atlántico, Caribe y Golfo de México. Durante más de tres años viajaron 30 mil millas náuticas y conocieron más de 30 países. Aprendieron a ser desprendidos de los objetos materiales, a tolerar la frustración y que lo más importante es la calma.
“La calma con la que logras conectar en el mar, de alguna manera tenemos que lograr traerla a la tierra porque es increíble la prisa con la que vivimos. Hay una frase que el otro día decía mi suegra, que dice: 'si vas con prisa, ve con calma'”, indica Bernadette Sánchez.
La embarcación está en Veracruz y lista para volver al mar. Ahora el velero Aldivi representa la más grande bendición, tanto que el nombre lleva la primera sílaba de los nombres de los hijos, el motor que los hizo vencer viento y marea.
“El mensaje de paz, desde mi perspectiva, creo que se logró y bueno, también fuimos de alguna manera la imagen de nuestro propio país, de nuestra gente y poniendo en alto el nombre de México”, finalizó el capitán Alejandro Irigoyen.
CHM