A una semana de la oleada de migrantes que llegó a Piedras Negras, Coahuila, con la intención de cruzar de manera ilegal a Eagle Pass, Texas, aún siguen llegando decenas de estas personas a esta zona fronteriza.
Erick Mendoza es un claro ejemplo que la perseverancia alcanza, y es que el junto con su tía ,prima y sobrina decidieron emprender este largo viaje, pero no a bordo de un tren por el peligro que este representa, asi que ellos viajaron en camiones de pasajeros.
Él narra que fue toda una odisea abordar cada unidad para que los acercara hasta donde ellos querian, y es que los cobros con los trabajadores del volante variaban. Por ejemplo, de la ciudad de Arriaga en Chiapas, a la ciudad de México, el costo del boleto fue de mil trescientos pesos, por cada miembro de la familia.
“Más que todo bús, y bueno ahí se soltó mucho dinero porque en todas partes nos paraban, entonces no podíamos con la señora, hasta ahora llevo cerca de tres mil dólares… llevamos casi once, doce, es que ha sido difícil… y bueno vimos en las noticias de que estaban bajando también a los migrantes y los estaban devolviendo y tenemos miedo de que al llegar a este punto y devolvernos, lamentablemente perdimos todo en Venezuela, lo dejamos todo para este viaje y ha sido difícil".
“Yo vendí todo, soy panadero yo tenía hornos, utensilios de cocina, entonces vendí todo para obtener una parte y me mandaron otra parte.”
Este joven mencionó que para llegar a la zona fronteriza de Piedras Negras Coahuila y Eagle Pass, desembolsó aproximadamente 12 mil dólares, ahora que ya está en el Río Bravo, la esperanza por cumplir su sueño se está cristalizando.
Carmen, de 58 años de edad, sufrió tres caídas durante la caminata en la selva del Darien, ocasionándole una fractura en su rodilla, sin embargo, esto no fue impedimento para suspender esta travesía.
“En la selva me caí tres veces, me fracturé la rodilla", menciona.
Al preguntar cómo ha llegado hasta este sitio, ella contesta que con la ayuda de su hija, sobrino y de su yerno que no ha estado. "Hasta llegar hasta aquí , donde hemos llegado a este punto, en las diferentes partes donde habíamos pasado me veían, me mandaban pastillas pero me dicen que hasta no descansara bien, hasta que no termine esto no puedo, espero que terminemos hoy o mañana”.
Esta mujer refiere que luego de haber cruzado la selva también conocida como 'el tapón del Darién', el cruce por el Río Bravo es más sencillo.
“He pasado muchas cosas, para mí pasar esto no sería tan difícil por todo lo que he pasado, pienso pero me da miedo con mi nieta, me da miedo, pero yo creo que sí lo vamos a lograr, primeramente Dios”.
MILENIO fue testigo de cómo está familia al igual que otros migrantes desesperados por la situación económica por la que atraviesa su país, siguen cruzando de forma ilegal la frontera sin que nadie lo pueda impedir, prueba de ellos es lo que se observó durante la tarde de este jueves donde la misma policía fronteriza de Estados Unidos permite el ingreso de los migrantes para que ahí regularicen su situación migratoria y así puedan transitar de forma libre.
Dentro de la inocencia de la pequeña Hanna de 4 años de edad, dijo estar cansada por este largo viaje, pero esta emocionada ya que desea ver a su padre que está en Detroit, Estados Unidos, desde hace dos años.
“ Ya voy a meterme al agua, voy a Estados Unidos, sí fue cansado mi viaje , pero estaba muy emocionada por ver a mi papá, paso el agua de aquí, un bus y ya llegue", dijo.
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