El panorama económico para las familias que cuentan con ingresos de hasta dos salarios mínimos será complicado ante la inflación, el incremento de productos de la canasta básica y la pérdida del poder adquisitivo.
En el punto anterior coincidieron los investigadores Anselmo Salvador Chávez Capó, investigador de la Licenciatura en Administración Financiera de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep); y Miguel Calderón Chelius, coordinador del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla, para quienes, a pesar de que la Presidencia de la República anunció que el salario mínimo aumentaría un 20 por ciento a partir de enero de 2023, calificándolo como “histórico”; en términos reales, no es suficiente para subsanar todas las necesidades de las familias.
Anselmo Salvador Chávez Capó, investigador en Administración Financiera de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), destacó que el aumento al salario mínimo solo beneficia a los trabajadores formales; sin embargo, más de 70 por ciento de los puestos se encuentran en el sector informal, para quienes el año 2023 será complicado.
Por su parte, Calderón Chelius explicó que, actualmente, el salario mínimo alcanza sólo para comprar casi dos canastas alimentarias, la mitad de los requerimientos de una familia promedio de cuatro integrantes. Con el aumento del 2023, el salario mínimo pasará de 172.87 a 207.44 pesos diarios; sin embargo, tampoco se traducirá en beneficios ni en un mejor panorama para las familias, añadió el investigador.
En el estado de Puebla, de acuerdo con el Panorama Económico de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), se tienen registrada a una población de dos millones 913 mil personas que están ocupadas, de ellas, 35.6 por ciento ganan hasta un salario mínimo, es decir, hasta 172.87 pesos al día; en tanto, 996 mil 417 poblano y poblanas, es decir, 34.1 por ciento de la población percibe entre uno y dos salarios mínimos; mientras que 9.9 por ciento de los poblanos, 290 mil 333 gana entre dos y cinco salarios mínimos.
“A diferencia de lo que ocurre con los sectores de altos ingresos, cuando los salarios bajos aumentan existen impactos positivos en la economía, pues se incentiva un mayor consumo. En el caso de la población de más bajos recursos, vive al día y los recursos que recibe, los tiene que gastar normalmente en productos de primera necesidad”, destacó Calderón Chelius.
A largo plazo, la política para mejorar los salarios mínimos es positiva porque mejoran las condiciones laborales de los trabajadores y explicó que el incremento de 20 por ciento no impactará en la inflación que ya es de más de ocho por ciento.
“El aumento al salario mínimo no implica que aumente la inflación. No podemos basar la estabilidad económica en la precariedad laboral. Es tan bajito el salario mínimo, que los aumentos no tienen un impacto inflacionario significativo y la mayor parte de los agentes económicos lo pueden absorber sin mayor problema”, añadió.
Resaltó la importancia de que todos los sectores de la sociedad colaboren para que la población alance ingresos de, al menos, el Salario Mínimo Constitucional (SMC), que se refiere a la estimación del valor que debiera tener el salario mínimo para cubrir las necesidades de una familia promedio, garantizando su acceso a los elementos que establece la Constitución para una vida digna.
CHM