Fiscalía de Morelos debe hacerse responsable por entregar mi cuerpo: afectado

Jonathan Martínez Tijera dijo que la Fiscalía del Estado debe asumir la responsabilidad de la confusión por la que se entregó un cuerpo a su familia que presuntamente era él.

Jonathan dijo que a Fiscalía debe asumir la responsabilidad de la confusión.
David Monroy
Cuernavaca /

Jonathan Martínez Tijera, el hombre que su familia creyó velar y enterrar en Yautepec, exigió a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos frenar las acusaciones contra su madre y sus hermanos, así como asumir la responsabilidad que le corresponde a la dependencia, al haber entregado un cadáver sin tener la certeza de quién se trataba.

En la clínica de rehabilitación donde ha estado todas estas semanas, y donde se enteró de que su familia lo creía muerto, Jonathan Martínez Tijera, de 30 años, aseguró que supo que su familia lo había velado y enterrado gracias a un amigo que se llama igual que él, y quien lo fue a buscar al centro de rehabilitación donde —por voluntad propia- se internó para combatir su alcoholismo.

“Fue un impacto para mi, y yo, luego luego pensé en mi familia; y es cuando esa persona (mi amigo) va avisarle a mi jefa, y mi mamá no cree que yo estuviera aquí en rehabilitación. Ella pensaba que estaban jugando y pues, incluso, les dijo que les iba a echar a la policía porque no debía jugar con el dolor de una madre. Y ya al otro día, vino con mis hermanos, a ver si estaba (...) Yo salí, lloraron, no se lo creían. Me abrazaron así, con harto amor amor”, recordó.

También en el centro se enteró, por voz de su madre, que un funcionario de la Fiscalía es el responsable de la entrega de un cadáver equivocado y de haber sometido a su familia a un sufrimiento y esfuerzos innecesarios, ya que al negarles ver el cadáver, pagaron y enterraron a alguien que no conocían, y luego al acusarlos se haberse equivocado ellos de cuerpo.

El cuerpo que fue identificado como el de Jonathan fue encontrado cerca del río Yautepec y enterrado el día 16 de enero en un panteón local de la cabecera municipal del mismo poblado. La familia debió pagar el pedazo de tierra donde se le sepultó así como los gastos de la funeraria. Para ello se apoyaron en familiares que viven en Estados Unidos.

Jonathan relató que debido a su alcoholimos, se alejó de su familia, por lo que su padre, quien no vive con su mamá, le apoyó para internarse, pero ninguno de los dos dio aviso a su madre y a sus hermanos.

En entrevista, Jonathan aseguró que su madre le platicó todo el proceso de saberle muerto y de cuando sus hermanos fueron al Servicio Médico Forense (Semefo) de la Fiscalía Regional Oriente, ubicada en Cuautla, para solicitar la entrega de su cuerpo. 

Le platicó también que un funcionario del Semefo -quien no ha sido identificado— les impidió ver directamente el cuerpo del supuesto Jonathan bajo al argumento de que el individuo que estaba ahí adentro, esta en completo estado de putrefacción.

“Pues qué poca madre ¿no? que no hayan hecho eso, que no les hayan dejado hacer eso (identificar directamente el cadáver) para saber si tenía la dentadura o revisar mis tatuajes, y ellos no los dejaron pasar. Ese es error de la Fiscalía y pues no se vale que el echen la culpa a mi familia. Ellos debieron hacer su trabajo desde un principio, si no, no estuviera pasando esto. Es error de ellos, no de mi familia”.

Miguel Ángel Rosete Flores, abogado de la familia, aseguró que en este caso aún restan varias cosas: la primera de ellas es evidenciar fehacientemente quién miente, si la Fiscalía o la familia en torno al tema del reconocimiento de cadáver y eso se podrá verificar con las cámaras de video que en la dependencia se encuentren.

También iniciar un juicio para “devolverle la vida jurídica” a Jonathan, ya que en este momento se encuentra “muerto” y con una acta de defunción, y saber quién es la persona enterrada.

RLO

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