Los ríos y cuerpos de agua de la Zona Metropolitana de Puebla, así como de municipios con una alta población en la Sierra Mixteca, en la Sierra Norte y otros puntos del estado como la región de Libres, se encuentran en “focos rojos” por la alta contaminación de diferentes sustancias y compuestos que ponen en riesgo la salud de la población.
Verónica Mastretta Guzmán, integrante de Dale la cara Al Atoyac, organización que impulsa el cuidado del medio ambiente y la recuperación de los cuerpos de agua, explicó que los ríos nacen en semáforo verde; sin embargo, en la medida que se acercan a zonas pobladas, comienzan a ser víctimas de la contaminación, se colocan en semáforo amarillo; y cuando pasan por zonas urbanas, se colocan en “focos rojos”.
“El Atoyac empieza en foco verde, el alto Atoyac, en el Izta-Popo, en el Iztaccíhuatl en particular, empieza en foco verde. Se va poniendo amarillo conforme va bajando. En cuanto tienen dinero para construir colectores, los municipios conducen sus aguas negras al primer río y usan los ríos como drenajes y todo eso baja a Puebla. Llegando a Valsequillo ya es totalmente rojo”, apuntó.
Los semáforos “rojos” en materia de contaminación de agua se presentan por una combinación de factores, desde el hecho de que los municipios, corredores industriales y zonas mineras utilizan a los ríos y barrancas como “drenajes”, la combinación de diferentes tipos de contaminantes que complican su limpieza, la falta de infraestructura para el tratamiento de agua o los sistemas que no operan en su correcta dimensión.
“La contaminación depende de diferentes factores. Hay como focos rojos y luego zonas de transición hacia amarillo o hacia verde, libre de contaminación. Normalmente, en los centros de población, los focos son rojos porque los sistemas de gestión hídrica son muy malos. Los municipios dan agua, pero no la tratan. Extraen agua, la mandan a los usuarios, pero luego no la tratan y eso es una situación común, en los municipios grandes como Tehuacán, Puebla, Huejotzingo y Cuautlancingo, entre otros”, apuntó.
Diferente contaminación por actividades económicas
Los problemas de contaminación dentro del territorio poblano son diferentes por el tipo de actividad que predomina en una determinada región y por la falta del tratamiento correspondiente.
Verónica Mastretta Guzmán, quien como parte de Dale la Cara al Atoyac, impulsa el rescate de los cuerpos de agua en el estado, explicó que, por un lado, en la Sierra Norte existe una gran cantidad de cuerpos de agua y la contaminación que se genera es diferente porque, por un lado, se encuentran áreas mineras y de extracción de minerales, que generan un tipo de contaminación y, a la par, existen zonas urbanas que provocan otro tipo de contaminantes, la mayoría residuales de los hogares.
En tanto, en el rumbo a la Sierra Mixteca, al sur del estado, las procesadoras de caña generan un tipo de contaminación particular.
A la par, la contaminación del río Atoyac que pasa por los estados de Puebla y Tlaxcala, se presenta porque diferentes municipios y zonas industriales mandan sus residuos al afluente y a las corrientes que lo alimentan.
Cuautlancingo y Huejotzingo, zonas de alta contaminación
Los municipios de Cuautlancingo, ubicado en la zona metropolitana de Puebla, y Huejotzingo, entre la Sierra Nevada y la capital del estado, son puntos de contaminación para la cuenca del Alto Atoyac.
Por su población y territorio, Cuautlancingo es un municipio más pequeño que la capital del estado; sin embargo, presenta una alta contaminación ante las diferentes actividades industriales que se desarrollan dentro del territorio de la demarcación.
Al mismo tiempo, Huejotzingo cuenta con una población menor en comparación con la de la capital del estado, pero existen zonas industriales que se traducen en contaminantes para la cuenca del Atoyac.
“Cuautlancingo es uno de los principales focos rojos en el estado y manda todo a Puebla. Cuautlancingo no es un municipio tan grande como la capital, pero tiene una zona industrial muy poderosa, igual que Huejotzingo”, expresó.
Atoyac, receptor de combinación de contaminantes
El río Atoyac y los afluentes que lo acompañan como el Alseseca y el San Francisco, presentan una alta contaminación que se puede catalogar como “foco rojo” porque acarrean contaminantes y reciben más descargas en la zona metropolitana.
El agua contaminada proveniente de Tlaxcala y de diferentes municipios del territorio poblano, al final, llega al río Atoyac, afluente que recibe descargas con diferentes sustancias en la zona metropolitana y en la propia capital del estado.
De manera general, la cuenca del río Atoyac cuenta con una superficie total de cuatro mil 11 kilómetros cuadrados y recorre 70 municipios de Puebla y Tlaxcala, donde recibe diferentes descargas por múltiples emisores.
Ante la combinación de diferentes contaminantes, desde los residuales de las viviendas hasta los químicos de diferentes industrias y actividades económicas, que convergen en el Atoyac, se forma una mezcla que resulta complicado tratar.
“En Puebla, algunas juntas auxiliares contaminan la cuenca. El río Atoyac está recibiendo la carga de otros municipios, más un deficiente tratamiento de agua por la mezcla de agua de otros municipios, se vuelve agua muy difícil de tratar. Es por zonas, hay zonas de focos rojos, normalmente son las que tienen más población o corredores industriales porque el agua no se trata”, remarcó Mastretta Guzmán. Explicó que, en el municipio de San Andrés Cholula, no se cuenta con un sistema operador de agua; sin embargo, el ayuntamiento otorga permisos, pero no vigila el tratamiento que se brinda a las aguas y, al final, llegan al Atoyac y al municipio de Puebla.
“El municipio de San Andrés Cholula no cuenta con un sistema operador de agua potable ni plantas de tratamiento, ni pozos homologados ni pozos dando el servicio. En la zona de Lomas de Angelópolis se entra a una tierra de nadie en materia de Agua. San Andrés da los permisos, da las licencias, da las factibilidades hídricas; sin embargo, no cuenta con un sistema operador”, explicó.
Deficiencia en políticas de gestión hídrica es clave
Uno de los primeros pasos para el rescate de afluentes y cuerpos de agua en el estado de Puebla, así como la cuenca del Atoyac, radica en detener las descargas de contaminantes y en verificar que se cumplan las normas y las políticas de gestión hídrica en los municipios.
Verónica Mastretta Guzmán, integrante de Dale la cara Al Atoyac, lamentó que entre los municipios del estado, no exista una homologación en materia de políticas de gestión del agua, es decir, en la distribución del vital líquido y, al mismo tiempo, en los procesos de tratamiento y en los límites.
“Las políticas públicas en materia de agua, de gestión de agua de parte de los municipios, no están homologadas, entonces, las reglas del juego las tienen que poner y tienen las atribuciones de dar agua y el saneamiento, a los municipios, pero no las tienen reglamentadas. No tienen reglamentado la forma en la que se dará el servicio, con qué reglas de descarga, con qué reglas de dotación, con qué reglas de títulos de los pozos. Todo eso está suelto y diferente en cada municipio, cuando muchos ya están conurbados”, explicó.
En la ley, las atribuciones de los municipios están establecidas en materia de la gestión hídrica; sin embargo, no existen las formas ni los mecanismos para implementarlos, situación que es aprovechada por diferentes actores que arrojan sus contaminantes a ríos o barrancas, añadió Mastretta Guzmán.
“La falta de una homologación de reglas, hace más difícil todo el tema del agua. Se necesita muchísima voluntad política, muchísima estrategia política, muchísima estrategia de parte del gobierno del estado que es el que puede crear esta armonía entre los municipios para su gestión hídrica”, explicó.
CHM