Hace 35 años, el Estado de México vivió una de sus peores tragedias: una serie de explosiones en una instalación de recepción, almacenamiento y distribución de gas LP de Pemex, dejaron más de 500 muertos y 926 heridos en San Juan Ixhuatepec, mejor conocido como San Juanico, municipio de Tlalnepantla.
El accidente ocurrió el 19 de noviembre de 1984, a las 05:30 horas, cuando el sobrellenado y sobrepresión ocasionó la ruptura de una tubería de 20 centímetros de diámetro que transportaba gas LP desde las refinerías hasta la planta de almacenamiento.
La ruptura provocó la explosión de un primer tanque cilíndrico de gas, pero hubo varias debido a que en la zona había más otros tanques.
Las explosiones no terminaron hasta que se acabó el combustible de las esferas, que tenían miles de litros de gas, por lo que el fuego duró varias horas.
De acuerdo con el Senado, la explosión dejó 503 muertos; 926 heridos por quemaduras; 7 mil personas atendidas en centros hospitalarios; 60 mil evacuados y 21 mil personas albergadas.
Mientras que los daños materiales se contabilizaron en: 149 casas totalmente destruidas; 16 con daños graves; mil 358 con daños menores.
Testigos de la tragedia
Efraín García Domínguez, era un niño cuando ocurrió la explosión; el ahora mecánico de profesión, aseguró que al escuchar el primer estruendo, su mamá los sacó de su casa y se resguardaron en la Ciudad de México, sin saber lo que pasaba.
“Mi madre me decía que si me portaba mal me iría al infierno y me decía que en ese lugar arden los que se portan mal, y cuando ocurrió la primera explosión a las 05:40 horas, por el calor intenso que se sintió, pensé inocentemente que ya estaba en el infierno.
“En el camino nos contó que hubo una explosión y nos llevó a la casa de una tía en Avenida Politécnico en el Distrito Federal, hoy llamada Ciudad de México”.
A 35 años de distancia, Juan Camacho recuerda a uno de sus vecinos, quien vendía tocas afuera de la gasera de Pemex.
“Él vendía en la zona escolar de la avenida Politécnico Nacional, pero le quedaba lejos, por lo que decidió ir a la gasera. Ese día ya no volvió, perdió la vida en su afán de trabajar”.
Tras la explosión, los sobrevivientes organizaron una marcha para agradecer que estaban a salvo exigieron justicia a las autoridades; además pidieron la salida de Pemex de la zona.
AA