El caso de Lidia Gabriela se ha hecho viral debido a la forma en cómo perdió la vida en la Ciudad de México. La joven era originaria de Tampico y hoy fue sepultada en un panteón de la localidad, pero antes de ello su familia quiso que el cortejo fúnebre hiciera un recorrido por donde vivió.
Así, al salir de la misa en la parroquia María Reina, la carroza que trasladaba el cuerpo de Lidia Gabriela y la caravana de vehículos, se dirigieron a la casa donde vivió por muchos años, hasta antes de irse a radicar a la Ciudad de México.
Llegaron a la colonia Unidad Modelo, la casa se ubica frente a la famosa laguna de Los Patos.
Al llegar a la vivienda, la carroza se detuvo, estuvo algunos minutos y fue justo ahí cuando su perrito, un husky siberiano, salió; no ladró, se quedó quieto y olfateó, así fue como pudo despedirse de ella.
Mientras en la laguna, estaban los patos que Lidia Gabriela observaba cada día al salir de su casa cuando radicaba en Tampico, antes de partir a la Ciudad de México.
El 1 de noviembre, Gabriela tomó un taxi para ir de su casa en la colonia Las Peñas en Iztapalapa, al centro histórico de la Ciudad de México, todo el tiempo iba en comunicación con su novio, que llevaba su localización en tiempo real.
Diego Maldonado, primo de ella, indicó que la joven dijo a su novio, por mensaje de WhatsApp, que el taxi la había llevado por otro lado, de forma aparente, le quería cobrar más, y esa fue la última comunicación que se tuvo con ella.
Presuntamente y por dicho de testigos, ella iba pidiendo ayuda arriba del taxi, y terminó por lanzarse de la unidad por la Calzada Ermita, donde perdió la vida.
Con información de Sergio Sánchez y Anahy Meza
EAS