Ayer, mientras una representación conjunta de comuneros de San Sebastián Teponahuaxtlán y de ganaderos de Huajimic emitían un pronunciamiento en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) para exigir al gobierno federal intervenir para indemnizar los procesos de restituciones de las tierras primordiales reconocidas desde 1718 a los wixaritari, el gobernador nayarita, Roberto Sandoval, insistía en abordarlo como un problema de límites con Jalisco y no como lo que es, un conflicto agrario.
"La legal, es tratar de que los límites de Nayarit como territorio podamos nosotros ampararnos en el tema de ningún metro atrás, pero como estado, porque tenemos que defender nuestro estado, no como personal, sino como gobierno, en el tema de los límites que ya son de Nayarit; dos, en el tema política pues buscar los acuerdos en el Gobierno Federal, yo no tengo ninguna duda con mi amigo el gobernador de Jalisco que él va a defender a los de Jalisco, ahí no va haber acuerdo, yo defiendo un metro acá, yo no me estoy metiendo para allá, él se quiere meter para acá", indicó el mandatario priista a la prensa nayarita.
Curiosamente, el gobierno vecino de Aristóteles Sandoval ha señalado, a través de su secretario de Gobierno, Roberto López, que el conflicto no es por límites sino entre dos actores distintos a los estados: una comunidad indígena que tiene la mayor parte de sus territorios en Jalisco, pero no es exclusiva de la entidad ni encabeza reivindicaciones soberanas (porque jurídicamente no tiene personalidad para hacerlo), y un grupo de ganaderos que poseen escrituras y actos de dominio sancionados por los gobiernos de Tepic desde hace casi un siglo, además de acciones agrarias y respaldos institucionales desde el gobierno federal.
Es decir, que la comunidad de Waut+a recupere más de diez mil hectáreas que le establecen sus títulos primordiales en Huajimic, no hará "jalisciense" a la zona. La ratificará como huichola, pero es sabido que este pueblo indio se extiende también sobre la zona nayarita en otras comunidades como Guadalupe Ocotán, con la que tiene fronteras San Sebastián Teponahuaxtlán.
El gobernador nayarita quiso lavar la imagen de su gobierno por las omisiones de seguridad pública el día de la primera ejecución de dos predios a favor de los huicholes, el 22 de septiembre pasado. Pese a las retenciones de personal judicial y de periodistas en una brecha de la zona, por un grupo de ganaderos indignados, y la tardía intervención de la ficalía estatal, después de las nueve de la noche, apuntó, en declaraciones que consigna nayaritenlinea.mx: "Quien dude que el gobierno no actuó, quiero decirte que se actuó tan bien que no hubo un pleito, se actuó tan bien que no hubo ningún muerto, ese actuó tan bien que para mí no hubo ninguna ejecución, la ejecución que hubo fue en contra y a espaldas del gobierno, tan fue así que ni siquiera nos informaron de las fuerzas públicas...".
El personal del Tribunal Unitario Agrario 56, de Tepic, ha mostrado públicamente las constancias de notificación del procedimiento judicial y la solicitud expresa de fuerza pública, en los días previos a los hechos.
Pero lo hechos no parecen ser relevantes. De hecho, el gobernador dijo haber negociado "en México" que no se ejecute ninguna sentencia a favor de los indígenas, aunque es público y conocido que eso no se hará porque los aborígenes lo ofrecieron a los ganaderos como medida de distensión para poder ir juntos a exigir al gobierno federal que intervenga en Huajimic.
SRN