Germán Buñuelos, de 55 años de edad, no recuerda cuándo empezó a trabajar en la obra pero sí tiene presente que nunca había sufrido tanto las inclemencias del tiempo como en los días recientes.
Actualmente trabaja en la construcción de un predio ubicado en la calle 20 de Noviembre entre las avenidas Francisco I. Madero y Allende en Gómez Palacio, en donde empieza con sus actividades sobre albañilería desde las 8 de la mañana, hasta las 6 de la tarde, para después continuar su labor como velador en el mismo lugar.
Debido a temperaturas registradas en La Laguna sobre los 40 grados, Germán, junto con los demás compañeros albañiles, deben permanecer hidratados, ahora como una necesidad imperante que les permita resistir la larga jornada, “sí tiene que estar uno tomando agua”.
Accesorios obligatorios
El uso de manga larga, sombreros, gorras, e inclusive algunas grandes sombrillas colocadas en lugares estratégicos del lugar donde realizan la obra, ahora son obligatorios.
A diferencia de los días menos calurosos, también durante el horario laboral, deben intercalar las horas de trabajo, con un pequeño descanso bajo la sombra, pues de lo contrario, su condición física y anímica, podría verse afectada lo cual podría repercutir en un bajo rendimiento.
Para el trabajador, lo mejor es no enfocarse en el calor sino permanecer concentrado en las actividades que le corresponden y buscar ánimos junto con los demás compañeros que al igual que él, no se rinden ante los intensos rayos solares, esos que ya dejaron huellas de color bronce en sus rostros.
Aunque tiene conocimiento que el astro rey, puede ocasionar afectaciones severas en la piel por la exposición permanente, el sueldo de mil 800 pesos semanales, le impide contemplar la adquisición de un bloqueador, pues para ellos, sería un lujo.
Y así como Germán, la mayoría de los trabajadores de la obra, pese a las altas temperaturas, deben continuar con su labor, indispensable para la sociedad.
EGO