Migrantes y pepenadores decoran para Navidad la antigua estación del ferrocarril en Gómez Palacio

Este lugar se han convertido en el refugio de quienes buscan un lugar para pasar la noche o de compañía para aminorar los efectos de un desolador panorama económico.

Migrantes y pepenadores decoran para Navidad la antigua estación. (Rolando Riestra)
Isis Rábago
Gómez Palacio, Durango. /

Las antiguas y abandonadas instalaciones del ferrocarril en Gómez Palacio, se han convertido en el refugio de aquellos en busca de un lugar donde pasar la noche, o de compañía para aminorar los efectos de un desolador panorama económico, de salud e inclusive social, pues ellos diariamente se exponen a todo tipo de discriminación.

En este espacio acuden pepenadores o personas sin hogar del municipio, quienes fungen casi como anfitriones y dan la bienvenida a todo aquel que llega en busca de ayuda del sur, centro, así como del norte del país. Además, cobijan a los migrantes principalmente de Sudamérica que van de paso en busca del tan codiciado "sueño americano", como de El Salvador, Honduras o Guatemala.

Pese a las situaciones adversas, llenas de carencias, tristezas, penas o desolación que podrían contar cada una de las historias reunidas en ese lugar sino fueran tan herméticos, decidieron realizar una limpieza profunda conforme a sus posibilidades y darle color a su refugio, llenarlo del espíritu navideño, dando muestra que aún pese a las vicisitudes, aún sienten la emoción por estás fechas como cuando eran niños.

En la reja de protección del antiguo edificio, colgaron listones de colores que posiblemente encontraron entre la basura donde buscan materiales reciclables para posteriormente venderlos. Formaron pinos de Navidad con escarcha vieja, y a simple vista se observan dos figuras de Santa Claus.

Mientras se organizan para empezar a trabajar, vender las botellas de plástico, cartón o lo que hayan encontrado, Edgar Muñoz Contreras acepta hablar sobre la decisión que tomaron para mejorar la imagen, sobre la decoración navideña, la situación actual y los deseos que tienen de hacer una pequeña posada.

Desde el mes pasado, los entre 20 a 22 personas que se refugian en este lugar de manera permanente, iniciaron con la limpieza y la colocación de los adornos de la temporada navideña, ante lo cual, Edgar Muñoz aprovechó par solicitar a la sociedad bolsas para la basura, escobas inclusive palas y picos con la finalidad de poder quitar la maleza y la basura que se encuentra en este viejo edificio.

La principal preocupación actual de quienes se quedan a dormir en este espacio, es la disminución de la temperatura de la época y aunque aún no se ha resentido de manera importante, saben que apenas la temporada invernal está por llegar y la falta de cobijas es una realidad.

Para la celebración del 24 de diciembre, Edgar Muñoz comenta que están planeando una posada con comida para todos, bebida, e inclusive con piñata, que les permita convivir y disfrutar, pero realizar la reunión actualmente se queda solamente en sus pensamientos, pues la carencia en que viven les complica poder concretarla.

Sin duda, las antiguas instalaciones del ferrocarril actualmente son el refugio de un grupo, en su mayoría de hombres que con el paso del tiempo se han convertido en una familia, quienes se apoyan entre ellos, y a su vez, ayudan a otros que llegan en condiciones complicadas, tanto del interior como del exterior del país.

​EGO

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