Integrantes de la Policía Comunitaria fracción Pueblos Fundadores (CRAC-PF) interceptaron la caravana del presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitarle que desmantele al grupo delictivo de Los Ardillos, a los que acusa del asesinato de por lo menos 40 asesinatos de sus compañeros, en la Montaña Baja de Guerrero.
La camioneta del presidente López Obrador fue detenida sobre la carretera Chilapa-Tlapa, a la altura del crucero de Colotepec.
El Presidente escuchó a los integrantes de la CRAC-PF y del Consejo Indígena Popular de Guerrero (CIPOG-EZ) que dirige Jesús Plácido Galindo, que desde un día antes había dado a conocer su interés de abordar al mandatario.
"Muchos de nuestros compañeros bajan a Chilapa para vender sus productos y ya no vuelven, los matan o los desaparecen, nosotros hacemos responsables a los ardillos", dijeron los voceros.
El Presidente los escuchó desde su camioneta, los de la CRAC-PF y del CIPOG-EZ le indicaron:
"Han matado también a señoras, a viudas, han dejado a muchos niños huérfanos, entre ellos a los diez músicos de Alcozacán".
El caso de los músicos, le señalaron que el ex fiscal Jorge Zuriel de los Santos Barrila responsabilizó de la masacre a integrantes de Los Ardillos, pero a dos años de distancia no hay ninguna detención.
Derivado de las protestas que han realizado, en estos momentos personal de Ejército y la Guardia Nacional vigilan sus comunidades, pero aún así, la estructura del grupo criminal permanece intacta.
Los integrantes de la CRAC-PF y del CIPOG-EZ hablaron durante más de nueve minutos, tiempo en el que el Presidente los escuchó desde el interior de su camioneta.
López Obrador les manifestó que en los próximos días estará con ellos el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, para escuchar sus demandas de manera detallada y trabajar en la solución.
Dijo que su administración ha apoyado a los pobres con programas sociales, entre ellos las pensiones para adultos mayores o becas, incluso sembrado vida.
ledz