En redes sociales comenzó a difundirse un video en el que varias víctimas desaparecidas aparecían a cuadro, junto con dos presuntos delincuentes que decidieron publicar el video, mismo que se viralizó en Guerrero.
En total son seis personas sometidas, sentadas en el piso y al parecer al pie de un cerro, los cuatro varones tienen las manos atadas a la espalda, en tanto que las dos mujeres están esposadas hacia el frente.
Las intervenciones comienzan con un hombre joven de complexión delgada, quien se identifica como Jesús Alejandro Tlatempa Maldonado, él tiene puesta una playera color gris y un pantalón de mezclilla azul, asume tener como apodo El Trucha y refiere que trabajaba para un hombre llamado Jesús Baltazar Moreno, alías El M y quien se encuentra en Corral de Piedra, municipio de Leonardo Bravo.
Tlatempa Maldonado hace una exposición de la estructura delictiva para la que supuestamente trabaja, luego suelta una confesión:
“Nosotros fuimos los que matamos al doctor de Aurrerá (Miguel Ángel Casarrubias) porque curaba a los enfermos de los Ardillos. Nos mandó el uno por mando del señor Jesús Baltazar Moreno”.
La toma se mueve hacia un adolescente moreno claro que se encuentra al lado de Tlatempa y atrás de una mujer joven, que viste una playera gris de cuello polo.
Se trata de uno de los menores reportados como desaparecidos, quien declara a las personas que lo graban con un teléfono celular:
“Mi nombre es Diego Gael Peralta Catalán, apodado El Huarachín o junior, era el encargado de ejecutar a las personas que me mandaba Jesús Baltazar Moreno de Corral de Piedra, el segundo al mando era El Chino, quien daba las órdenes; Bambi, El Chino o El Uno”.
Continúa: “Nos mandaba a ejecutar a la niña del billar El Verde y al periodista Fredid Román Román, yo era el encargado de hacer los asesinatos con otros compañeros”.
Él tercero en identificarse es un hombre delgado, de cabello corto, quien de inicio señala: “Yo soy el papá de Diego Gael Peralta Catalán, me llamo Eloy Peralta García, en lo que podíamos lo apoyábamos”.
La intervención del señor Eloy es breve, tras mencionar que apoyaba solo en lo que podía, mueve la cabeza de un lado hacia otro para asumir que no tiene más que decir.
En el piso, con las manos esposadas hacia el frente se muestra a una menor de tez morena clara, quien se identifica como Brithani Castro, ella mantiene la mirada baja mientras habla y dice:
“Yo soy la novia de Gael, yo estaba de acuerdo en lo que hacía y lo ayudaba cada que se podía”.
Brithani sale de la toma y se muestra a la otra mujer, quien dice ser Elizabeth Catalán Olalde, misma que tampoco levanta la mirada y sostiene:
"Sabía que mi hijo trabajaba para el M o para El Uno; lo apoyábamos”.
Hay un quinto varón, delgado y sin camisa, que se identifica como Concepción Aguilar Portillo, quien refiere que se dedicaba a facilitar el trabajo de los supuestos pistoleros.
“Yo me encargaba de sacar a los chavos de las patrullas, que no los fueran a agarrar, por órdenes del Uno, el Chono e El M”.
El video termina con la intervención de hombre que se identifica como Víctor Hugo Jiménez Caballero, alias El Chilango, quien refiere haber tenido participación en los asesinatos de la menor de edad en el billar “El Verde” y del médico acribillado frente a la tienda departamental Aurrerá sur.
En otro clip, el mismo hombre admite haber asesinado a un licenciado llamado Jesús Sandoval y su acompañante, reitera que bajo las órdenes de los líderes mencionados por los presuntos integrantes de la supuesta célula delictiva.
El video llegó a los integrantes de la marcha
Los familiares y amigos de Brithani, Diego y sus papás no tenían conocimiento que ya había comenzado a circular cuando ellos iniciaban la marcha en las inmediaciones del parque Margarita Maza de Juárez.
Cuando llegaron a la explanada del Palacio de Gobierno, tuvieron el espacio para revisar sus aparatos celulares y checar lo que se estaba publicando en las redes sociales de la ciudad.
Las reacciones ante el interrogatorio fueron diversas, primero la esperanza de mirarlos con vida, posteriormente la sorpresa por lo que se dice a cuadro y finalmente el temor por las consecuencias que se desatarán en su contra por las supuestas confesiones.
Los más cercanos a la familia señalaron que de manera evidente, sus seres queridos fueron obligados a declararse culpables de los delitos que se les ordenaron, por lo que demandaron que los trabajos de búsqueda se intensifiquen.
Hasta entrada la tarde, las autoridades no emitían alguna postura oficial respecto a los clips de video difundidos.
MO