Gustavo López González tiene un sueño claro: representar a México en la tercera Copa América de futbol de personas de talla baja, que se disputará del 20 al 30 de noviembre en Paraguay. Pero para lograrlo necesita ayuda. Aunque es parte del seleccionado nacional y ya ha subido al podio en torneos internacionales, no cuenta con el presupuesto necesario para cubrir sus gastos de viaje, que superan los 16 mil pesos por persona.
“Estamos buscando los medios para llegar al torneo nuevamente, el cual no solo nos visibiliza como personas de talla baja, sino que nos reivindica, ya que también podemos ser futbolistas. Cumplir el sueño de competir a un alto nivel”, dice Gustavo, originario de Hidalgo, uno de los dos jugadores del estado en la selección mexicana, que integra 13 atletas de distintas entidades del país.
“Exigimos respeto, inclusión y oportunidades reales para desarrollarnos plenamente. Queremos formar una familia, vivir con amor, contribuir al progreso de nuestro estado y país, pero sin ser pisoteados o ridiculizados, ni ser utilizados como espectáculo”.
El equipo tricolor ya tiene experiencia en competencias de alto nivel: obtuvo la medalla de bronce en la Copa América 2022 en Lima, Perú; repitió el tercer lugar en la Copa Intercontinental en Bogotá, Colombia; y participó en el primer Mundial de la especialidad en Buenos Aires, Argentina. Ahora, con miras a Paraguay, Gustavo organiza rifas y busca apoyo del Instituto Hidalguense del Deporte para poder asistir.
“Esperamos que todos los integrantes de la selección mexicana reúnan los recursos en sus diferentes estados. Tenemos un plan B con rifas, lo que está en nuestras manos. Se trata de una competencia fuerte, de alto rendimiento”, explica.
La justa, cuyo sorteo se realizará el 25 de octubre, contará incluso con equipos europeos y africanos, lo que eleva su nivel competitivo y simbólico. “Invito a la sociedad en general a sumarse a la selección nacional mexicana de personas de talla baja, la cual es generadora de cambio e inclusión social”, dice Gustavo.
Instituyen Día de las Personas de Talla Baja en Hidalgo
Coincidentemente, el 25 de octubre también marca un hito legislativo en Hidalgo. Ese día ha sido aprobado en el Congreso local, por unanimidad —con 28 votos a favor— , como el Día de las Personas de Talla Baja en la entidad. La iniciativa, impulsada por activistas y legisladores, busca visibilizar sus derechos, combatir la discriminación y promover un censo específico, ya que actualmente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) las incluye en el rubro genérico de discapacidad sin distinción clara.
Durante la sesión, la legisladora Tania Meza Escorza, de Morena, leyó un mensaje del activista hidalguense Edgar Escobar, originario de Pachuca, en el que subrayó que las personas de talla baja “son profesionistas, estudiantes, así como madres y padres de familia” y que “sus derechos valen por igual que los demás integrantes de la sociedad”.
“Estoy aquí para decir con orgullo que ya somos visibles, que somos personas con derechos y que no somos bufones de circo. Durante años las personas de talla baja hemos sido objeto de burlas, discriminación y estereotipos que nos reducen a una caricatura”, escribió Escobar.
“Exigimos respeto, inclusión y oportunidades reales para desarrollarnos plenamente. Queremos formar una familia, vivir con amor, contribuir al progreso de nuestro estado y país, pero sin ser pisoteados o ridiculizados, ni ser utilizados como espectáculo”.
Agregó que no piden “compasión o privilegios, sino justicia e igualdad”, y reivindicó: “La diversidad humana no es un obstáculo, sino una fortaleza”.
“Las personas de talla baja no pedimos permiso para existir, sino que reclamamos nuestro lugar en la sociedad. Se acabaron los tiempos en que se nos veía como rarezas, ha llegado el momento de ser reconocidos como lo que somos: personas plenas, valiosas y con los mismos derechos de cualquier otra”, concluyó.
Como gesto simbólico, la Comisión de Desarrollo Humano y Social del Congreso local entregó escalones universales para facilitar el acceso de personas de talla baja al recinto legislativo.
Conmemoración nacional
A nivel nacional, el 25 de octubre también se conmemora como el Día Mundial y Día Nacional de las Personas de Talla Baja, una fecha que rinde homenaje al actor estadounidense Billy Barty, pionero en la defensa de sus derechos y fundador de Little People of America.
Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en México hay más de 11 mil personas de talla baja que enfrentan barreras cotidianas que limitan su inclusión plena en la educación, el empleo, el transporte y la vida cultural. La CNDH subraya que la discapacidad no radica solo en la condición física, sino en las barreras sociales, la discriminación y la falta de información.
Además, advierte que el lenguaje importa: términos como “enano” o “enanismo” son considerados peyorativos y ofensivos. La forma correcta de referirse a este grupo es “niñas, niños, mujeres y hombres de talla baja”.
Con raíces en más de 200 tipos de displasias óseas —la más conocida es la acondroplasia—, la talla baja afecta a una de cada 25 mil a 40 mil personas al nacer. La Organización Mundial de la Salud define como persona de talla baja a aquella mayor de 25 años cuya estatura es inferior a 1.30 metros.
En este contexto, historias como la de Gustavo López cobran un doble significado: no solo buscan un logro deportivo, sino también romper estereotipos y abrir caminos. Su esfuerzo por llegar a Paraguay es, en sí mismo, un acto de resistencia, visibilidad y orgullo.
Mientras reúne fondos con rifas y espera una respuesta institucional, Gustavo sigue entrenando. Porque para él, como para miles en el país, el futbol no es solo un juego: es una forma de decir al mundo que merecen ser vistos, escuchados y respetados.
Trastorno genético y discriminación
La acondroplasia es un trastorno genético que afecta el crecimiento óseo, pero también existen otras condiciones, como el síndrome de Prader-Willi, que influyen en el desarrollo físico. Recientemente, se introdujo en México un tratamiento innovador llamado vosoritida, destinado a mejorar el crecimiento óseo en personas con acondroplasia, lo que representa un avance médico significativo para esta comunidad.
Aun así, los mayores obstáculos no son médicos, sino sociales. Aunque la talla baja no implica necesariamente una discapacidad funcional, muchas personas son catalogadas como tales debido a un entorno que no está diseñado para ellas. En escuelas, oficinas, transporte público y espacios recreativos, la infraestructura rara vez considera sus necesidades: mostradores altos, pasamanos inaccesibles, asientos incómodos o falta de adaptaciones básicas dificultan su participación plena en la vida cotidiana.
Más allá de lo físico, el estigma social es una carga constante. Muchas personas de talla baja han sido objeto de burlas, caricaturizadas en medios o tratadas como “figuras de entretenimiento” en lugar de ser reconocidas como profesionistas, estudiantes, madres o padres de familia. Este trato afecta su autoestima, limita sus oportunidades laborales y frena su desarrollo personal.
La inclusión en el mercado laboral sigue siendo un desafío. A pesar de contar con preparación y experiencia, muchas enfrentan puertas cerradas por prejuicios o por la ausencia de ajustes razonables en los lugares de trabajo.
Ante esta situación, han surgido organizaciones que trabajan incansablemente por el respeto y la dignidad de esta comunidad. La Fundación Gran Gente Pequeña de México A.C. promueve la inclusión social y combate los estereotipos desde una perspectiva de derechos humanos. Por su parte, el Consejo Nacional Gente Pequeña México impulsa campañas de concientización, organiza eventos culturales y realiza acciones de incidencia política para exigir políticas públicas más inclusivas.