Los festejos navideños en la comunidad del ejido El Durazno, municipio de Coyuca de Catalán, Guerrero, se realizaron bajo un intenso frio que azota la zona serrana de esta localidad.
Tras los hechos de violencia que dejaron siete muertos, entre ellas un adolescente, y el desplazamiento de decenas de personas en comunidades cercanas al ejido de El Durazno, la vida sigue en esta región de la Tierra Caliente.
La comisaria municipal, Azucena Rosas García, lacónica, dijo que “ahorita estamos bien, gracias a Dios”.
Aseguró que tras el éxodo de medio centenar de personas de comunidades cercanas al Ejido El Durazno, la situación parece que tomó cierta tranquilidad por la presencia de las fuerzas federales y estatales.
—¿Continúan las autoridades estatales, y federales en la zona brindando seguridad?—
"Si, sí hay autoridades", respondió brevemente.
De las personas que dejaron el ejido El Durazno, y las comunidades cercanas, dice que ya dejaron de salirse.
“No sé cuantos se hayan ido, no tengo la relación de cuantos se salieron”, dice en forma escueta.
—¿Y como los trata el frio en esa zona?—
"Sí, está haciendo mucho frio".
Han pasado 16 días de aquella tarde violenta, cuando los pobladores fueron reunidos por el grupo delictivo de la Familia Michoacana, y asesinó a siete de sus moradores, al interior de la escuela primaria Ignacio Zaragoza.
JLMR