Fuerzas militares y policiales se desplegaron en el municipio de Tepetongo tras la localización de un taxi abandonado en la cabecera municipal, el cual había sido robado horas antes en Jerez, Zacatecas.
Vecinos de la calle San Miguel, cerca del panteón municipal, reportaron a las autoridades la presencia de civiles armados que abandonaron la unidad e intentaron prender fuego en las inmediaciones.
Los primeros respondientes corroboraron que se trataba de la unidad marcada con el número económico 15 del municipio de Jerez, la cual había sido pintada con aerosol, haciendo referencia a un grupo delictivo con sede en el vecino estado de Jalisco.
Al inspeccionar el vehículo, los uniformados confirmaron que tenía reporte de robo y, en la cajuela, localizaron el cuerpo de un hombre. Al parecer, se trataba del conductor de la unidad, quien también había sido reportado como desaparecido.
La víctima presentaba señales de tortura y múltiples impactos de bala. Tras ubicar el cuerpo, los policías acordonaron el sitio y entregaron la escena del crimen a los agentes forenses, quienes recabaron indicios para integrarlos a la carpeta de investigación por homicidio.
A raíz del hallazgo, se desplegó un intenso patrullaje en Tepetongo y en la carretera federal 23 con el objetivo de localizar a los responsables. Durante los recorridos, los policías detuvieron un vehículo cuyo conductor se mostró nervioso.
En el interior del automóvil, los agentes encontraron armas y cartuchos útiles. La unidad fue asegurada, y el conductor, un menor de edad, quedó detenido.
Por esta aprehensión, algunos pobladores intentaron bloquear la carretera federal para exigir la liberación del adolescente. Sin embargo, el cierre de la vía de circulación duró solo unos minutos.
Con el fin de prevenir la circulación de civiles armados en la zona, se implementó un operativo anti-bloqueos en esta importante vía de comunicación que conecta los estados de Zacatecas y Jalisco.
Taxistas de Jerez, víctimas de ataques
El asesinato del taxista jerezano se suma al atentado registrado el 14 de octubre, cuando un grupo delictivo lanzó aparatos explosivos a una base de taxis ubicada frente a la presidencia municipal.
En aquel ataque, dos unidades fueron baleadas y cinco personas resultaron heridas.
Conductores del transporte público consultados confirmaron que los grupos delictivos han intensificado los amagos para obligarlos a participar en actividades ilícitas, como el monitoreo y transporte de enervantes.
Además, refirieron ser víctimas de extorsiones para permitirles operar. Pese a ello, los afectados no han presentado denuncias por temor a represalias.
MO