Al menos en los últimos tres años, el municipio de Hidalgo, Durango, ha padecido de la sequía y sus consecuencias en pérdidas económicas, patrimoniales y hasta alimentarias, una cadena que inicia con la siembra de semillas fertilizadas de esperanza, para luego esperar a que la lluvia permee sus tierras, que no tarde, o que por lo menos se haga presente. Su actividad económica está enfocada en la agricultura y la ganadería, así que sin la lluvia la cosecha es escasa y el ganado enflaca.
En una zona donde las vacas flacas no son solo una expresión, es la realidad, incluso entre los pequeños productores ganaderos establecen lugares para dejar las reses muertas o enfermas que están por morir.
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Habitantes de la comunidad de San Fermín, ubicada a 14 kilómetros de la cabecera municipal, Villa Hidalgo, comparten que han pasado tiempos difíciles al ser de los municipios de Durango que sufren sequía y que reciben menos recursos estatales y federales, aunado a que tienen recursos insuficientes para enfrentar la sequía y hay pocos apoyos para solventarla.
Durango de los más afectados por la sequía
El Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indica que Durango tiene uno de los polígonos más afectados por la ‘seca’ a nivel nacional, ya que hasta un 80 por ciento padece algún grado de intensidad del fenómeno, desde anormalmente seco, sequía moderada, sequía severa, sequía extrema, hasta sequía excepcional.
En ese contexto, los archivos del monitor por municipios al cierre de noviembre de 2023 arrojan que el municipio de Hidalgo refleja sequía extrema, mientras que sus vecinos, Mapimí y El Oro, tienen sectores que padecen sequía extrema y sequía excepcional, afectación que se vivió también en los años 2020, 2021 y 2022 según los datos de la Conagua.
Aunque la comunidad cuenta con la presa Villa Hidalgo, con capacidad de alrededor de 23 millones de metros cúbicos, actualmente está por debajo de la mitad, y según algunos productores y ejidatarios de San Fermín, resulta insuficiente y no se compara con lo que humedece la lluvia.
“Sí hubo algo de agua de la presa pero faltó el agua de la lluvia, como que trae más minerales y nutrientes, dura más la humedad. Regamos con la presa y a los diez días ya está seca la tierra, no se compara con lo que deja la lluvia. Cosechamos sorgo y frijol pero como no llovió a tiempo, se levantó muy poco y ni para los gastos salió”, comparte Edgar Varela, agricultor de la zona.
Maíz, frijol, sorgo y avena son los principales productos que cosechan, pero todo a baja escala, y cada vez más baja por la falta de lluvia o lluvias tardías, lo que se atribuye al cambio climático.
“Teníamos tres años sin sembrar, hasta apenas este año que tuvo lluvias tardías y agua de la presa toda la gente está aprovechando”, añadió don Gregorio Reyes, ejidatario agropecuario.
Son testigos que sus usos y costumbres en ‘la labor’, como le dicen al trabajo en el campo, han cambiado en su ciclo de aguas y ya no llueve en los meses que se acostumbraba hace décadas, que era allá por junio o julio, ahora si precipita lo hace hasta finales de septiembre.
10 por ciento, campo sembrado
Por su parte, el presidente municipal, José Luis Covarrubias Faudoa, comenta que además de las remesas, la ganadería es la principal fuente productiva del municipio, mientras que la producción en el campo ha ido a la baja, al grado de tener menos del 10 por ciento de la superficie sembrada.
“Tenemos dos formas de vida en el municipio, la ganadería y la divisa extranjera. Del municipio ahorita tenemos menos del 10 por ciento de la superficie sembrada”.
Adelantó que con las lluvias que finales de este año podrían aguantar el año entrante, sin embargo, ya contemplan un esquema de apoyo al campo por parte del gobierno estatal para los meses de abril y mayo de 2024, que es cuando esperan que la sequía siga.
“Estamos trabajando con la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural con Ricardo Navarrete, en un esquema de apoyo para abril y mayo, donde tendremos la verdadera sequía, ahora llovió un poco y fue tardío, nos estamos preparando ya para el año que viene”.
Sobre los apoyos que se implementan para el rescate del campo, el edil señala que todo apoyo será insuficiente para contrarrestar un problema como la sequía.
“Al inicio de la temporada entregamos alrededor de 80 toneladas de semilla de avena, pero es solo una ‘aspirina’ para lo que están generando”, dijo el presidente.
“Lo que se requiere es que el gobierno nos apoye en la sequía con alimento para las vacas. No que nos regalen las cosas pero que al menos venga subsidiado, ahora no hay quién gestione eso, antes se gestionaba forraje subsidiado pero últimamente no hemos tenido”, comenta el señor Gregorio Reyes.
Al respecto, el diputado local duranguense, David Ramos Zepeda, solicitó en noviembre pasado al Gobierno federal implementar programas de apoyo emergentes como estrategias de inversión productiva y créditos a tasa cero, que impulsen a los productores por la situación de la falta de agua para la producción agrícola y crianza de ganado.
Aunado a eso, las pocas cosechas y pastizal que se logra con la escasa precipitación pluvial se ve afectado por la presencia de la plaga del jabalí, mamífero que ha incrementado su población y que resulta una verdadera amenaza que devora el sustento de los productores y el alimento del ganado, mismo que resulta de calidad de exportación.
Calidad de exportación
José Luis Covarrubias Faudoa asegura que todo el ganado que se produce en el municipio va a la exportación hacia los Estados Unidos, al menos el que se registra en el Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA).
Acepta que aún hay pequeños ganaderos que no registran la totalidad de su ganado en campo, lo que dificulta tener un registro exacto de cabezas de ganado.
En tanto, manifiesta que presentan poca mortandad de ganado y que se implementaron bordos de abrevadero para abastecer a más de 7 mil cabezas de ganado.
“Nos estamos preparando con infraestructura hidráulica. Se hicieron diez bordos de abrevadero o mini presas. Ahorita tenemos muy poca mortandad, yo tengo el registro de un 5 por ciento, porcentaje que se saca a través de la oficina de Salubridad. Al menos aquí en el municipio no estamos en focos rojos y no hay pánico entre la gente”, asegura Covarrubias.
El alcalde enfatiza que otra de las encomiendas de la secretaría de agricultura es fomentar en los pequeños productores a que detonen su actividad como un verdadero negocio fuera de los usos y costumbres, por lo que dijo, buscarán promover una serie de cursos y capacitaciones para dar a conocer los alcances de su producción.
cale