En el momento en el que se enteró de que la tormenta “Alberto” tenía rumbo para Tampico no dudó un solo segundo para llegar al albergue habilitado en el Auditorio Municipal, tuvo temor por un recuerdo de años atrás.
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Cosme Enrique Valderrama tiene 78 años de edad, vive solo en una casa de material de la colonia Barandillas que construyó con el esfuerzo de su trabajo, así que a las 8 de la noche de este miércoles llegó a dicho refugio temporal.
El adulto mayor no le teme a la cantidad de agua que amenazaba la tormenta, aseguró desde la grada del Auditorio Municipal, es a las fuertes rachas de viento como las que afectaron a Tampico en 1955, cuando ingresó el ciclón Hilda.
Recordó que vivió ese capítulo histórico de Tampico y, en ese momento, dejaron la vivienda de madera en la colonia Tolteca de último minuto, y cuando iban a media cuadra, colapsó.
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Él vivía con sus abuelos, porque su mamá murió cuando tenía 1 año. “Los vecinos nos alertaron, dijeron que saliéramos porque eran las 2 de la mañana, pero en ese momento no tenía ni voz ni voto, así que salimos segundos después y se cayó la casa, hubiese sido fatal para cinco personas que ahí vivíamos”, recordó.
A partir de ese momento, la cultura de Protección Civil se hizo más fuerte en Don Cosme, ya que a pesar de vivir en una casa de material, quería en verdad sentirse seguro en un refugio donde estuviera con más personas.
“Estaban anunciando que si venía para acá esto podíamos venir hasta acá, no lo pensé ni dos veces, le dije que me trajera a un primo mío que es taxista”, puntualizó el ciudadano tampiqueño, que laboró como transitorio en Petróleos Mexicanos.
Durante la mañana de este jueves, Don Cosme solamente esperaba que le dijeran que era conveniente volver a casa porque la afectación de “Alberto” no era la que el pronóstico advirtió.
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Con su camiseta de color caqui, con el logotipo de Pemex, una playera blanca que decía Pepe Schekaibán en el pecho, jeans azules, gorra y cubrebocas gris, el ciudadano porteño reconoció que la atención de la autoridad fue positiva.
“Cuando llegué me dieron de cenar y acabo de almorzar ahorita en la mañana, me han tratado muy bien”, expuso Don Cosme, a quien de pronto las enfermeras que apoyaron en el albergue le comenzaron a preguntar detalles de su salud. “El agua no tanto, pero al norte sí le tengo miedo, me sentí algo mal porque yo padezco de los nervios, yo trabajé en Pemex muchos años, alcancé a hacer mi casita de material y es la que tengo, pero me da miedo el norte”. señaló el señor Cosme.
VLSS