El aumento de los precios de los energéticos como el gas Licuado de Petróleo (LP) que es de 5.7 por ciento en el año y de las gasolinas que recibe un subsidio que aumentó 7.3 por ciento para que se mantenga sin altas variaciones, se traduce en una mayor inflación, reducción del poder adquisitivo para las familias y en una menor recaudación para el gobierno.
De acuerdo con el análisis “Reporte Económico y Financiero”, realizado por Anselmo Chávez Capó, investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), investigador de la Escuela de Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), los aumentos en los energéticos impactan en los procesos productivos y, con ello, el consumidor final reciente el impacto y ve reducido su poder adquisitivo.
“Los energéticos son un factor central para el comportamiento de la inflación, tomando en cuenta que son insumos necesarios para los procesos productivos, así como la logística, de ahí se desprende el impacto para la economía popular”, destacó.
Aunque el precio promedio de las gasolinas para los consumidores se mantiene con alzas por debajo de la inflación, lo cierto es que el gobierno federal está aportando más recursos para reducir el llamado Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), lo que se traduce en menor recaudación.
“Uno de los factores que tiene mayor incidencia en el incremento de la inflación, es el precio de los energéticos, el cual se ha mantenido con una pendiente ascendente desde finales del año anterior, situación ha evitado tener un respiro en este importante indicador económico generando una tendencia inflacionaria”, comentó.
El precio de los combustibles se encuentra en este mes de marzo, en promedio por litro de Magna en 21.20 pesos; Premium en 22.99 pesos y el Diésel en 22.50 pesos. Durante este año, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), a las gasolinas tuvo un incremento de 7.3 por ciento, en la gasolina magna fue de 5.4917 pesos por litro, en la premium en 4.6375 pesos y en el diésel en 6.0354 pesos.
“Se debe considerar que, sin estímulos fiscales a las gasolinas, se traduciría en un importante costo político y económico, debido al incremento que se presentaría en estos energéticos. Se debe considerar que, si se quisiera disminuir el precio de las gasolinas, se debería asegurar que el costo logística y distribución sea más bajo, lo cual incluye entornos de seguridad en su distribución, estimular la inversión en todos los segmentos de la cadena de valor, lo que incluye el almacenamiento. Se darse esto no se tendrían que implementar estímulos al IEPS, desgraciadamente esto no está en órbita del gobierno”, lamentó.
CHM