Un grupo de personas armadas invadió este martes un predio de alto valor comercial en Tonalá, Jalisco, en una operación coordinada que incluyó el uso de maquinaria pesada y documentos apócrifos.
Los hechos ocurrieron en un terreno aledaño a la Plaza Comercial Punto Río Nilo, en la esquina de Avenida Malecón y Lagarto, a unos metros de Avenida Río Nilo.
Hombres armados custodian la invasión
La invasión comenzó en la tarde, cuando varias camionetas llegaron al terreno transportando malla ciclónica, postes de acero y retroexcavadoras.
Un equipo de trabajadores inició de inmediato los trabajos de cercado y movimiento de tierras, mientras eran custodiados por hombres armados con rifles.
Una persona de la administración legal del predio, alertada del hecho, se presentó en el lugar con la documentación original que acredita la propiedad y notificó a la Policía de Tonalá.
Al intentar interrumpir la invasión, uno de los ocupantes mostró documentos falsificados que, según afirmó, datan de la década de 1980, y se declaró propietario.
En ese momento, los hombres armados agitaron sus rifles en actitud de intimidación, lo que generó el repliegue de los afectados.
¿Cómo operan las redes criminales de despojo?
Este caso se enmarca en un patrón creciente de invasiones en Jalisco. El académico Francisco Jiménez Reynoso, investigador de la Universidad de Guadalajara, ha explicado que existen redes criminales organizadas que se especializan en el despojo de propiedades.
“Distinguimos entre quienes ocupan por necesidad y quienes forman parte de redes delictivas que investigan a fondo terrenos valiosos antes de tomarlos”, señaló en su momento, para hablar del modus, el experto en entrevista con MILENIO.
La operación en Tonalá presenta las características del segundo tipo: selección de un inmueble comercial estratégico, uso de violencia instrumental y documentación falsa premeditada.
La invasión representa un desafío directo a la autoridad y al Estado de derecho, al consumarse mediante la fuerza y la intimidación en una zona de alta visibilidad. La eficacia y coordinación de los invasores coludidos con autoridades suele tomar por sorpresa a los afectados.
El hecho, dicen expertos, trasciende un conflicto local por la tenencia de la tierra y se configura como un acto delictivo complejo, que pone a prueba la capacidad institucional para garantizar la seguridad jurídica y recuperar el control del territorio.
La respuesta de las corporaciones estatales y federales será determinante para establecer un precedente frente a este tipo de delitos.
ksh