El señor Isidoro fue trabajador del volante durante muchos años, pero dejó el oficio cuando despuntó la violencia en Sinaloa y los asaltos se volvieron frecuentes. Le tenía miedo a las balas y nunca imaginó que una de ellas terminaría con su vida.
El pasado jueves 5 de enero el mensaje de las autoridades durante los narcobloqueos y enfrentamientos fue claro: “Quédense en casa, no salgan”.
Ese día el Ejército desplegó un fuerte operativo en la colonia Hidalgo para detener a Néstor Isidro García El Nini, señalado como el jefe de seguridad de Los Chapitos, Ovidio, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán.
El estruendo de los helicópteros resonaba en varios puntos de la capital sinaloense y en un vídeo que se volvió viral aparece un presunto sicario que apunta con un arma y advierte: “espérate que baje más”.
Ese día ningún helicóptero cayó, el pistolero que buscaban escapó y no hubo ningún detenido; los militares ocuparon su tiempo en trasladar a un herido al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE): era don Isidoro quien llevaba una herida de bala perdida.
Pese a que el personal médico hizo lo posible por salvarlo, don Isidoro perdió la vida en el hospital debido a que la bala le perforó un pulmón.
¿De dónde vino el disparo? Nadie lo sabe
Lo único seguro es el dolor en sus seres queridos y vecinos de la Hidalgo, quienes en algún momento fueron clientes de su esposa y suyos cuando tuvieron un pequeño abarrote llamado La Toya.
A unas horas de su sepultura, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Sinaloa ya inició la investigación sobre su misteriosa muerte.
Tuvieron que pasar cerca de cuatro días para que se iniciara la investigación debido al cerco militar implementado en la zona, que mantenía en resguardo algunos inmuebles aledaños como parte de la indagación para dar con El Nini.
Delia Angélica Laguna González, sobrina de Isidoro, exige que se esclarezca de dónde salió la bala, asimismo, dijo que su familia está muy afectada psicológica y emocionalmente tras la muerte de su tío.
“Yo tengo dos días que no mando a mi hijo a la escuela, aparte de lo de mi tío, no lo he mandado porque el niño va y viene caminando a la secundaria, a mí me da miedo que haya algún tiroteo y Dios guarde la hora me lo maten, o sea, Dios guarde la hora ¿por qué vamos a estar viviendo así?”, comentó.
Laguna González, pidió que las autoridades hagan lo necesario para garantizar condiciones a la ciudadanía y que las balas no sigan entrando a los hogares.
ledz