"¡Vamos para allá!", asegura el Jefe Vulcano al avisar de cada emergencia que ocurre en la Ciudad de México. Con esta frase, Raúl Esquivel terminaba cada post en Twitter, donde ayer informó que dejaba la dirección del Heroico Cuerpo de Bomberos, tras 48 años en la corporación.
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"Agradezco el apoyo brindado por el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera al Heroico Cuerpo de Bomberos desde el primer día de su gobierno, me incorporaré a otras tareas que me serán encomendadas (por el mandatario capitalino)", escribió Esquivel.
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Desde el 1 de agosto de 1969, Raúl Esquivel entregó su vida a atender emergencias en la Ciudad de México: desde una fuga de gas o retirar un enjambre de abejas, hasta incendios casi incontrolables.
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En distintas entrevistas, ha dicho que su jornada laboral comenzaba a las 5:00 horas y terminaba hasta las 22:00 horas.
Entre los incidentes que atendió y marcaron su carrera están las explosiones de San Juan Ixhuatepec, en 1984, ocurridas en una de las plantas de almacenamiento y distribución de Pemex.
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En 2005, asumió la Dirección General del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México. En 2014, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal reconoció su labor con la Medalla al Mérito en Protección Civil y dos años después, el presidente Enrique Peña Nieto le entregó el Premio Nacional de Protección Civil 2016.
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Sin embargo, el año pasado se destaparon las disputas entre el Jefe Vulcano y el ex secretario general del sindicato de bomberos, Ismael Figueroa Flores; el primero acusó al líder sindical de impedirle entrar a su oficina para obligarlo a firmar su renuncia. Ante ello, el gobierno de la Ciudad de México solicitó al jefe de bomberos y a Figueroa Flores dejar atrás los conflictos y volver a sus actividades.
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Raúl Esquivel deja su cargo entre la polémica. El 1 de marzo, bomberos protestaron en el Zócalo capitalino frente al Antiguo Palacio del Ayuntamiento por presuntas irregularidades con los recursos destinados a la corporación.
Además, acusaron que Raúl Esquivel despidió a algunos empleados de confianza como represalia por haberlo denunciado ante la Contraloría por presuntos malos manejos de recursos.
irh