Mitos de Leyenda: Tukákame, el ser que come personas en Nayarit

Cuenta la leyenda que este ser ronda en el desierto de Wirikuta, y acecha a aquellas personas que se pierden en el desierto.

Leyenda del Tukákame. Milenio Diseño
Ciudad de México /

Nayarit es un estado de la República Mexicana que colinda con Jalisco, Durango y Sinaloa, su territorio es famoso por sus hermosas playas, además de suculentos platillos típicos. 

Sin embargo, esto no es lo único que posee. En Nayarit habita gran parte del pueblo huichol, que tiene una gran cosmovisión y esta lleno de tradiciones y costumbres, además que es uno de los pocos pueblos indígenas que se conservan con el mínimo sincretismo. 

Dentro de sus creencias se encuentra la historia del tukákame o toka'kami, un ser que se alimenta de carne humana putrefacta y, según los huicholes, causa demencia en las personas. 

La historia recuperada por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas en su libro "Historias ancestrales" cuenta que este ser devora a los huicholes que tienen alguna enfermedad grave o caminan solos en el desierto cuando ha caído la noche. 

El tukákame es un ser fácil de percibir ya que su olor es horripilante, además lleva un cinturón de huesos que suena como cascabeles huicholes, cada hueso es de una de las personas que ha devorado. 

Según el libro de "Monstruos Mexicanos", en el principio de los tiempos, los dioses crearon a la abuela luna para alumbrar el camino de los huicholes, ella fue nombrada Tarika, pero en noches de luna llena se llamaba Utsa, pues bajaba a los subsuelos. 

Del corazón de Utsa surgieron los llamados demonios necrófagos y los pájaros de la muerte: buitres, zopilotes, tecolotes, búhos, murciélagos.

Una tarde, los pájaros de la muerte acechaban los cuerpos de los difuntos huicholes, y el pueblo se preguntaba qué debía hacer con ellos, pues los muertos son sagrados en rituales, pero impuros para tocarlos; esta es una de las razones por la cual los huicholes no celebran el Día de Muertos.

Tukákame propuso que se comieran los cuerpos para que su espíritu los acompañara toda su vida, pero los ancianos rechazaron inmediatamente esta idea, pues si el cuerpo de un muerto no debe tocarse, menos comerse. 

Entonces Tukákame propuso otra idea: envolver los cuerpos y dejarlos en una cueva para que la abuela Utsa los cuidara y los acompañara; idea a la que los ancianos accedieron.

Sin embargo, por la noche, Tukákame se escabulló a la cueva y devoró los cuerpos cual bestia, su ropa quedó machada de sangre coagulada dedido a la descomposición. 

Cuenta la leyenda que este ser ronda en el desierto de Wirikuta, y acecha a aquellas personas que se pierden en el desierto. 

Y muchos se han perdido en este desierto, pues es conocido como tierra del peyote. 

​MJVR

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